Vox solo tiene un concejal en Jumilla, pero el empate entre los 10 del PP, que gobierna la localidad, y la suma de los 9 del PSOE y un edil de Podemos le concede un amplio margen de maniobra. Lo aprovechó ayer para arrancar al equipo de gobierno de la localidad murciana la aprobación de una moción con la cual el partido de Abascal busca impedir que el fin del Ramadán o la Fiesta del Cordero, dos señalados eventos para la comunidad musulmana, vuelvan a celebrarse en recintos de titularidad pública, como ha ocurrido en los últimos años.
Algo más del 7 por ciento del censo de 27.263 habitantes de Jumilla, una población famosa por sus vinos, profesan la religión musulmana. Aunque la portavoz del PP en el Ayuntamiento, Mari Carmen Cruz, se empeñó en aclarar ante los medios que la medida no está dirigida a los seguidores de un culto concreto, los musulmanes se dieron por aludidos y sus representantes anunciaron que recurrirán la medida.
Algo más del 7 por ciento del censo de 27.263 habitantes de Jumilla profesan la religión musulmana
La portavoz popular explicó que el texto de la enmienda aprobada especifica que “cualquier tipo de celebración religiosa no se podrá llevar a cabo en instalaciones deportivas”. Y se cuestionó “¿dónde aparece la palabra musulmanes, comunidad islámica o prohibición? En ningún sitio, porque no aparece”.
No ayuda a mantener esa imagen de neutralidad que el partido de Núñez Feijóo quiere aparentar la versión que el promotor de la iniciativa, el edil Juan Agus Carrillo, difundió ayer en sus redes sociales: “Jumilla hace historia. Gracias a Vox se aprueba la primera medida en España que impide celebrar fiestas islámicas en espacios públicos. ¡España es y será siempre tierra de raíces cristianas!”.

Vox Murcia se jactaba del acuerdo en sus redes sociales
Por la misma vía, respondía muy crítico a la noticia el secretario general del Partido Socialista de la Región de Murcia, Francisco Lucas, que en sus redes sociales afirmaba: “No han aprendido nada de lo ocurrido en Torre Pacheco. Siguen alimentando el odio y provocando una fractura social de consecuencias imprevisibles. El PP vulnera los valores constitucionales y pone en riesgo la convivencia, solo por aferrarse al poder. Qué irresponsabilidad”.
Podemos, que cuenta con un representante en el Ayuntamiento de Jumilla, anunciaba la presentación de una denuncia en Fiscalía. Su secretario de Organización en Murcia, Ángel Hernández, afirmó que “hace unos días vimos en Torre-Pacheco a gente armada con palos y barras de hierro, buscando culpables por su origen o su religión. Ahora, en Jumilla, el odio ha llegado a los despachos”.
“No han aprendido nada de lo ocurrido en Torre Pacheco. Siguen alimentando el odio”, critica el PSOE de Murcia
Lo cierto es que, aunque la propuesta inicial de Vox hacía referencia explícita en su primer punto a la prohibición de la Fiesta del Cordero “y otras tradiciones similares ajenas a nuestras tradiciones, por tratarse de prácticas incompatibles con la identidad y usos y costumbres de la nación española”, los puntos finalmente aprobados son más ambiguos. El primero de ellos dice textualmente: “Instar al equipo de gobierno a promover actividades, campañas y propuestas culturales que defiendan nuestra identidad y protejan los valores y manifestaciones religiosas tradicionales en nuestro país”.
El segundo, insta al equipo de Gobierno “a iniciar los trámites oportunos de modificación del Reglamento de Uso y Funcionamiento de Instalaciones Deportivas Municipales a fin de que el uso de dichas instalaciones sea exclusivamente para el ámbito deportivo o actos y actividades organizadas por el Ayuntamiento de Jumilla, y en ningún caso para actividades culturales, sociales o religiosas ajenas al Ayuntamiento”.
Aunque el partido de Abascal presume de que este acuerdo de Jumilla representa la primera medida de este tipo aprobada en un Ayuntamiento español, no es ni mucho menos la primera vez que se intenta algo parecido. Tal como recuerda a La Vanguardia el concejal de Vox en Alicante Mario Ortolá, su formación propuso la eliminación del cementerio islámico en el cementerio municipal de la ciudad y la prohibición de actos religiosos en los parques públicos, “ya que recibimos muchas quejas por el ruido a causa de la celebración al amanecer del fin del Ramadán en Lo Morant” (un gran parque situado en la zona norte de Alicante, donde se concentra la mayor parte de la población musulmana). La medida formaba parte de un conjunto de exigencias planteadas por Vox para respaldar el plan económico del PP, pero los populares evitaron incluirla en el pacto final.
En Elx, donde el PP gobierna en coalición con Vox, el Ayuntamiento descartó recientemente cumplir la promesa que había realizado el equipo de gobierno anterior, formado por PSOE y Compromís, de habilitar una zona de la prevista ampliación del camposanto municipal para enterramientos según el rito islámico.