El president de la Generalitat, Carlos Mazón, se dispone a afrontar el próximo 5 de noviembre la cuarta remodelación de su gobierno en poco más de dos años de mandato, una rotación de equipos que refleja la inestabilidad política vivida en este inicio de legislatura. La salida del vicepresidente segundo y conseller para la Reconstrucción tras la dana, el teniente general retirado Francisco José Gan Pampols, ha obligado a una nueva reorganización del Consell que se anunciará en esa fecha y que, de confirmarse, supondrá la constitución del cuarto Ejecutivo desde que Mazón accedió a la presidencia en julio de 2023.
El líder del Partido Popular fue investido el 17 de julio de aquel año gracias al acuerdo con Vox, el primero que se cerró en España entre ambas formaciones tras las elecciones autonómicas. Apenas dos días después compareció en el Palau de la Generalitat para dar a conocer el que bautizó como “el Consell de los mejores”, un equipo de coalición con nueve carteras y dos vicepresidencias. Vox ocupaba entonces tres puestos clave: la vicepresidencia primera y Conselleria de Cultura y Deporte, con Vicente Barrera al frente; la Conselleria de Justicia e Interior, asumida por Elisa Núñez; y la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca, dirigida por José Luis Aguirre.
El líder del Partido Popular fue investido el 17 de julio de aquel año gracias al acuerdo con Vox, el primero que se cerró en España
La experiencia duró poco menos de un año. El 11 de julio de 2024, Vox decidió abandonar todos los gobiernos autonómicos en los que participaba, lo que precipitó la destitución inmediata de sus tres consellers y la creación del segundo Consell, integrado en exclusiva por el Partido Popular. Mazón aprovechó la coyuntura para reducir la estructura del Ejecutivo a ocho departamentos, suprimiendo la vicepresidencia primera y redistribuyendo competencias: Cultura pasó a Educación y Deporte a Presidencia. Para Justicia e Interior recurrió a Salomé Pradas, hasta ese momento responsable de Medio Ambiente, mientras que este departamento quedó en manos de Vicente Martínez Mus. Miguel Barrachina, que ejercía como síndic del PP en Les Corts, asumió Agricultura. Fue un gobierno con vocación de estabilidad, concebido para “continuar el cambio” iniciado en 2023 tras el ciclo de ocho años de la coalición de izquierdas.
Sin embargo, la estabilidad duró todavía menos. Cuatro meses después, en octubre, Mazón emprendió una tercera remodelación, marcada por la necesidad de articular un Ejecutivo adaptado a la reconstrucción tras la devastadora dana que causó 228 muertos. Se recuperó el esquema de dos vicepresidencias y se amplió el número de carteras hasta diez, además de la presidencia. El proceso de anuncios se realizó por etapas, mediante comunicados oficiales que se fueron sucediendo tras una comparecencia inicial en Les Corts.
La vicepresidenta y consellera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, Susana Camarero, pasó a ejercer también de portavoz del Consell en sustitución de la titular de Hacienda, Ruth Merino. Marián Cano fue designada nueva consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, en lugar de Nuria Montes. El cargo más simbólico recayó en el teniente general Francisco José Gan Pampols, que asumió la vicepresidencia para la Recuperación Económica y Social. Poco después se confirmó el nombramiento de Juan Carlos Valderrama como conseller de Emergencias e Interior y de Nuria Martínez Sanchis como consellera de Justicia, competencias que hasta entonces reunía Salomé Pradas. La toma de posesión se realizó en un acto conjunto en el Palau, sin el tradicional traspaso de carteras.
La inminente remodelación de noviembre volverá a alterar la fotografía del gobierno valenciano
La inminente remodelación de noviembre volverá a alterar la fotografía del gobierno valenciano. El relevo forzado de Gan Pampols, que apenas había ocupado el cargo unos meses, obligará a Mazón a recomponer su tercer Consell y a dar forma a un cuarto equipo de gobierno en apenas dos años de mandato. El president llega así al ecuador de la legislatura con la paradoja de haber dirigido ya cuatro ejecutivos distintos, un dato que ilustra la dificultad de consolidar un proyecto estable en el Palau de la Generalitat.


