La Generalitat Valenciana ya contemplaba en agosto de 2024 el uso del sistema ES-Alert para avisar a la población en casos de emergencia, aunque tras la dana del 29 de octubre insistió en que la herramienta no estaba implementada ni protocolizada. Así lo revela la circular, que ha adelantado la Cadena SER y confirmada por este diario, remitida a los municipios valencianos dos meses antes de que las lluvias torrenciales anegaran barrios enteros y pusieran en evidencia las carencias de la gestión de la alerta. Una circular similar se mandó a los municipios un año antes, en el verano de 2023 cuando Vox gestionaba la conselleria de Emergencias.
En ese documento, la Conselleria de Interior afirmaba de manera explícita que “desde este año está activo el sistema de alerta a la población (ES-Alert) mediante la Red de Alerta Nacional, que permite el envío de mensajes a los teléfonos móviles en aquellas situaciones de especial gravedad y que impliquen actuaciones por parte de las personas receptoras”. El texto se difundió en el marco de la campaña anual de prevención de inundaciones, y acompañaba a otras recomendaciones dirigidas a los ayuntamientos para que revisaran sus planes municipales y reforzaran la vigilancia sobre barrancos y cauces, recordando además que no existe una certeza absoluta en las predicciones meteorológicas ni en la forma en que las crecidas pueden afectar al territorio. La exconsellera Salomé Pradas, imputada en la instrucción de la dana, dijo que este sistema de alerta no estaba “protocolarizado”.
El texto se difundió en el marco de la campaña anual de prevención de inundaciones
La circular de 2024 ponía negro sobre blanco que el sistema ya estaba operativo en paralelo a la aplicación Avisos 112CV, al teléfono de emergencias, a las redes sociales y a la red COMDES de comunicación de los servicios de intervención. Por eso, cuando la DANA sorprendió a miles de ciudadanos sin aviso previo y la Generalitat justificó la tardanza en activar el sistema asegurando que no estaba protocolizado, las dudas se multiplicaron. El contraste con lo que la propia administración había comunicado a los ayuntamientos semanas antes resultaba evidente.
Un año después, la Generalitat ha optado por modificar la redacción y rebajar la contundencia de aquel párrafo. La circular enviada en agosto de 2025 a los municipios y organismos implicados en la gestión de emergencias afirma que el ES-Alert “podría ser utilizado” en casos de grave riesgo, pero añade que su uso está pendiente de ser protocolizado por el Ministerio del Interior. También introduce una matización adicional que no aparecía en el texto de 2024: se trata de “un sistema de amplio alcance que, aunque no es seguro al 100%, se completa con la aplicación Avisos 112CV”. El cambio no es menor, pues convierte lo que en 2024 se presentaba como una herramienta activa en una posibilidad condicionada, justo en el momento en que la gestión de la DANA seguía generando reproches y reclamaciones de responsabilidades políticas.
Las circulares de 2024 y 2025 coinciden, sin embargo, en destacar el papel esencial de los ayuntamientos en la prevención de inundaciones. Ambas reconocen que no hay certeza al cien por cien en los pronósticos meteorológicos y que por tanto es necesaria la implicación de la administración local en el seguimiento de lluvias intensas, la vigilancia de los barrancos y la comunicación de incidencias al 112. El documento de 2024 señalaba que la ley obliga a los consistorios a intensificar la vigilancia en los cauces y a intercambiar información con otros municipios de la misma cuenca, además de subrayar que el teléfono 112 es el medio más adecuado para trasladar cualquier incidencia. La versión de 2025 repite esas mismas instrucciones, pero introduce un matiz importante al señalar que las confederaciones hidrográficas del Júcar, Segura y Ebro son los organismos competentes en el seguimiento de caudales, reforzando la idea de que corresponde al Estado la supervisión técnica y a los ayuntamientos la alerta temprana sobre el terreno.
El contraste entre ambas circulares se refleja también en los avances registrados en la elaboración de los planes municipales. En 2024, según los datos incluidos en la campaña de prevención, de los 227 ayuntamientos obligados a redactar un Plan de Actuación Municipal frente a Inundaciones, 176 lo tenían aprobado, 32 estaban en proceso de aprobación, 14 lo estaban elaborando o tenían subvención y cinco no habían facilitado información. Un año después, en 2025, la situación había mejorado: 207 municipios disponen ya del plan aprobado y 15 lo están redactando, lo que supone un cumplimiento cercano al 98%. En cuanto al Plan Territorial Municipal de Emergencias, en 2024 lo tenían aprobado 500 ayuntamientos, 25 estaban en proceso de aprobación y 12 en fase de elaboración, mientras que cinco carecían de plan. La circular de 2025 eleva la cifra a 522 municipios con el PTME aprobado y 14 más que lo están elaborando, reduciendo al mínimo los casos de incumplimiento.
La propia Conselleria reconoce que todavía quedan municipios que no cumplen con la obligación legal de contar con un plan de prevención frente a inundaciones
Pese a estos avances, la propia Conselleria reconoce que todavía quedan municipios que no cumplen con la obligación legal de contar con un plan de prevención frente a inundaciones. El hecho de que sean precisamente los ayuntamientos la primera línea de detección de los episodios de crecida convierte esas ausencias en un factor de riesgo añadido en un contexto en el que los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes.
La circular de 2025 incorpora además un capítulo que no aparecía en la de 2024: el dedicado a las presas y balsas. Se recuerda que la rotura o avería de estas infraestructuras puede generar una avenida súbita y se detalla que actualmente existen 65 planes de emergencia de presa aprobados, con siete ya implantados y otros once en tramitación para balsas de comunidades de regantes. Los municipios incluidos en zonas de riesgo por rotura de presas deben revisar y actualizar sus planes, prever rutas de evacuación y definir puntos de reunión seguros. Es una novedad que refleja la ampliación del enfoque de la Generalitat hacia escenarios más complejos y variados.
Otro ámbito en el que se aprecian diferencias es el de las recomendaciones a la ciudadanía. En 2024, el listado se centraba en consejos básicos como retirar vehículos de zonas inundables, no permanecer en cauces ni puentes, preparar un botiquín de primeros auxilios y linternas, asegurar las viviendas y no propagar rumores. La circular de 2025 amplía y actualiza esas recomendaciones, introduciendo detalles como la conveniencia de teletrabajar en caso de alerta naranja o roja, la preparación de kits de emergencia para al menos tres días, medidas específicas para personas dependientes, planes para mascotas, protocolos en garajes y sótanos y hasta instrucciones sobre el uso del ascensor en caso de inundación. También se insiste en que no se debe difundir información de dudosa fiabilidad y que solo se deben seguir fuentes oficiales.
El papel de la comunicación adquiere así un protagonismo aún mayor. Ambas circulares subrayan la necesidad de que los ayuntamientos activen operativos de difusión y seguimiento en cuanto reciben la información del Centro de Coordinación de Emergencias, pero el documento de 2025 admite además que la mayoría de los municipios pequeños no disponen de policía local, por lo que deben establecer responsables municipales que activen la operativa de difusión de la información de manera complementaria.
Todo este entramado de obligaciones y recomendaciones pone de manifiesto la complejidad de gestionar un fenómeno tan imprevisible como las inundaciones, pero al mismo tiempo reabre la cuestión política que estalló tras la DANA. Si en 2024 la Generalitat aseguraba en una circular oficial que el ES-Alert estaba activo y disponible, ¿por qué el 29 de octubre su activación se retrasó hasta cuando la situación era ya crítica? Y si un año después la administración matiza que el sistema solo “podría ser utilizado” a falta de protocolización, ¿se trata de una rectificación técnica o de una manera de cubrirse frente a las críticas?

