Un repaso al paisaje comercial de Alicante evoca a los ausentes y homenajea a los que resisten

Ciudad

Una muestra recuerda en la estación del Tram de Luceros establecimientos históricos desaparecidos, como los Astoria, el Jumillano o Magesbi, pero no olvida a quienes continúan, como los Aana, Azorín o Benavent

Imagen del centenario kiosko Peret, desde 1916 en La Explanada de Alicante, ayer 17 de octubre de 2023

Imagen del centenario kiosko Peret, desde 1916 en La Explanada de Alicante, en octubre de 2023. Cerrado definitivamente, en el lugar se ubicará una heladería artesana.

EB

El cierre definitivo del histórico Peret, templo de la horchata y el dolce far niente en la Explanada desde 1916, deja a Alicante sin uno de sus establecimientos comerciales más significativos. Las deudas acabaron con el negocio y, aunque el Ayuntamiento busca empresa que lo resucite en forma de heladería artesana, la probabilidad de que conserve su marca registrada parece escasa. 

Pero no es Peret el único local de renombre que la ciudad ha perdido en los últimos años. Algunos han cerrado en fechas tan recientes como la pequeña tienda de disfraces Magesbi, en la plaza de Luceros, que muchos aún la buscarán antes del próximo Halloween para encontrarse con una franquicia murciana de yogures helados.

Algunos han cerrado en fechas tan recientes como la pequeña tienda de disfraces Magesbi, en la plaza de Luceros

Magesbi es uno de los que recuerda una modesta pero interesante exposición que puede verse estos días en la estación del Tram de Luceros. Una serie de ilustraciones muestra locales como Discos Merlín -tienda fundada por Ricardo Giménez en 1980, entonces en la calle Castaños, que pasó por la calle Italia para ir a morir en el Bulevar Plaza, donde cerró para siempre en 2010. O Discos U.F.O. O Deportes Sanba, que clausuró en 2017 su tienda de La Muntanyeta, aunque sigue en La Florida.

Entre los supervivientes ilustres, la muestra destaca las droguerías Azorín, cuyo primer local -abierto en 1951- aún sigue en activo en la esquina de Alfonso X el Sabio con Álvarez Sereix. Y Farell, el negocio de ferretería que José Farell abrió en 1942, cerca del Mercado Central, que creció hasta contar con un gran almacén en la carretera de Ocaña y del que hoy se ocupa ya la tercera generación familiar. O Gibeller, donde tantos alicantinos han acudido desde 1924 a buscar el modo de 'vestir' el interior de sus casas, o Benavent, para vestirse ellos, comercio más antiguo aún, pues abrió sus puertas en 1905 y aún continúa vendiendo camisas y trajes a medida.

Fachada del restaurante El Jumillano, fundado en 1941 y cerrado desde 2015

Fachada del restaurante El Jumillano, fundado en 1941 y cerrado desde 2015

EB

Otros, no han encontrado herederos, o pertenecían a sectores de vida intensa, pero fugaz, como los videoclubs. Somos muchos quienes recordamos aún las recomendaciones de Norberto -”tiene buenas críticas”, decía si no había visto la película- en Poliplex, o “el videoclub de la calle del Teatro”, como lo conocía todo el mundo, que resistió 25 años hasta que en 2015 fallecieron fundador y negocio. 

Fue en 2012 cuando cerraron las tiendas de Julio “El Madrileño”, que había comenzado en 1941 en un humilde puesto ambulante de mercería en un zaguán de la calle Calderón. Y en 2009 se proyectó la última película en los Astoria, templo del cine de autor en Alicante, que como el resto de ciudades españolas ha visto cerrar una tras una las salas céntricas, desplazado el negocio a los multicines de los centros comerciales. Solo los Aana sobreviven en la ciudad, tras la desaparición del Navas, cuyo local ocupa hoy un restaurante “temático”. 

Fue en 2012 cuando cerraron las tiendas de Julio “El Madrileño”, que había comenzado en 1941 en un humilde puesto ambulante

Se mantiene, sin embargo, cerrado el viejo Jumillano, negocio hostelero de merecido buen nombre y fundado en 1941, que ganó el premio a Mejor Restaurante de la Comunidad Valenciana en 1989, pero cerró en 2015 y a cuyo local nadie ha encontrado uso pese a su excelente ubicación. Continúa, en cambio, en la cima el mítico Nou Manolín, como la Horchatería Azul -que solo abre en temporada- el discreto y afrancesado restaurante One One, o el Pollastre Alicantí, en cuyos variados locales tantas familias han guardado fila -sobre todo los domingos- desde que abriera su primer asador de pollos en 1964. 

La floristería Los Claveles, el Malatesta, Red Corner, Confetti, Aguconservas, Copity, la mercería Tere... algunos en plena actividad y otros, desgraciadamente, condenados al olvido son nombres que forman parte de la historia reciente de una ciudad en la que el comercio y el ocio juegan un papel preponderante y son y han sido un termómetro fiel de los tiempos que nos ha tocado vivir.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...