De los 19 distritos de València, solo siete presentan aún oferta de vivienda nueva, alerta la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la Universitat Politècnica de València (UPV). En un contexto de aumento de precios constante, el nuevo informe trimestral de la entidad que monitoriza el estado del mercado inmobiliario alerta que la vivienda de nueva construcción continúa despareciendo y que tan solo quedan algunos testigos en planta baja y áticos. Los distritos donde no hay oferta son Eixample, Campanar, La Saïdia, El Pla del Real, Jesús, Algirós, Benimaclet, Rascanya y Pobles del Nord.
En cambio, aumenta la oferta en el área metropolitana según el mismo informe, que compara la oferta de este trimestre con respecto a la del mismo periodo del año pasado y establece que en l'Horta Nord y en la zona oeste las viviendas de obra nueva aumentaron más de un 50%. En cambio, en l'Horta Sud, castigada por las inundaciones de octubre, estas disminuyeron un 17%.
En l'Horta Sud, castigada por las inundaciones de octubre, la oferta de vivienda nueva disminuye un 17% en un año
Advierte también el estudio que detecta un traslado de la actividad promotora hacia barrios de la ciudad que históricamente han presentado una baja intensidad inmobiliaria. La oferta de obra nueva se concentra fundamentalmente en Quatre Carreres, Patraix y Pobles del Sud. La disminución de esta oferta es “alarmante”, según la Cátedra de la UPV, pues se sitúa en una caída del 90% en viviendas disponibles y del 80% en promociones.
Además, el precio medio de la vivienda nueva se ha duplicado desde 2019 en la ciudad y área metropolitana. El valor medio de venta supera ya los 3.700 euros/metro cuadrado en la capital y alcanza más de 4.500 euros/metro cuadrado en municipios de la primera corona como Godella, Almassera o El Puig. “La consecuencia es clara: es un mercado que crece en cifras, pero se vacía de accesibilidad”, advierte Fernando Cos-Gayón López, director de la Cátedra.
En este contexto, el director de la Cátedra, Fernando Cos-Gayón, asegura que “las familias trabajadoras son las grandes ausentes del nuevo ciclo inmobiliario” y añade que esta situación “cronifica el desarraigo urbano: jóvenes que retrasan su emancipación, familias desplazadas a la periferia y trabajadores esenciales que ya no pueden vivir en la ciudad donde trabajan”.
El informe identifica el coste de construcción como un “obstáculo determinante”. Argumenta como los materiales, la energía y la mano de obra han encarecido la edificación hasta hacerla inviable en muchos casos, las vacantes de trabajadores en el sector se han multiplicado por cuatro en la última década y la fragmentación empresarial impide asumir grandes promociones públicas o privadas. “Continuar edificando con métodos tradicionales es insostenible”, afirma Fernando Cos-Gayón. “El sector necesita industrializarse para recuperar escala, reducir costes y volver a producir vivienda a un ritmo acorde con la demanda real”, menciona.

