Horarios de mamá

Si tú me has entendido

Aún retumba en mis oídos el concepto. “Horarios de mamá” es la manera en la que algunos describen la aplicación de medidas de conciliación al horario de sus trabajadoras, explicó el sábado la secretaria general de CCOO-PV, Ana García Alcolea, que participaba en una mesa redonda con otras mujeres, progresistas, convencidas de que el feminismo debe seguir en lucha porque el patriarcado se siente amenazado. Me quedé con los detalles: mujeres a las que en una reunión les dicen “cómo has mejorado” sin que nadie les pida opinión mientras recuerdan, día tras día, que en su casa les dijeron eso de “estudia para no tener que depender de ningún hombre”. Asentían mientras iban narrando esas escenas que todas, alguna vez, voten al partido que voten, han protagonizado. Ahí está nuestra sororidad.

Mientras el “horarios de mamá” aún resonaba en la sala, las ponentes confesaron quiénes eran sus referentes. Y, ninguna sorpresa cuando todas fueron humedeciendo sus miradas para hablar de esa madre soltera que se compró el piso sola, en los años del franquismo o de esas compañeras de sindicato que defendían que “siempre hay que exigir”. Ni Simone de Beauvoir ni Clara Campoamor ocuparon espacio en sus relatos, el ejemplo lo tenían en casa.

Mujeres participantes en la mesa redonda del pasado día 4 de octubre en la sede de EUPV, en València

Mujeres participantes en la mesa redonda del pasado día 4 de octubre en la sede de EUPV, en València

EUPV

Desde ahí construimos la igualdad. No hacen falta pancartas, solo poner la mesa a cuatro manos y no levantarse la primera a por la fruta cuando todos, menos tú, han llegado al postre. Ellos, los que nos siguen, lo van viendo, asimilando, aceptando. Por eso asusta tanto que la extrema derecha encuentre público en la gente joven. Ellos, que niegan la violencia de género, el cambio climático y que aborrecen la inmersión lingüística, vital en una comunidad bilingüe como la nuestra, son referentes para muchos de esos hijos e hijas que han crecido entre los “horarios de mamá” que alguien pidió un día.

No hacen falta pancartas, solo poner la mesa a cuatro manos y no levantarse la primera a por la fruta cuando todos, menos tú, han llegado al postre”

Yo quería escribir hoy un texto sobre el 9 d’Octubre, por su importancia para nuestra identidad, pero me he acordado del rei Jaume I y luego de su mujer, Na Violant d’Hongria, que fue bautizada como Andrea, pero a quien le cambiaron el nombre al conquistar nuestras tierras; quien tuvo nueve hijos, cuatro hombres y cinco mujeres. Una mujer a la que describen como tolerante y abierta, muy culta y muy bella y que, como explica M. Pilar Queralt del Hierro, “cumplió con todas las expectativas que se depositaban en las soberanas medievales: dio numerosos hijos al monarca, se ocupó de educarlos, actuó como árbitro de la vida cortesana y fundó iglesias y monasterios”.

Las expectativas. Las mujeres. Los “horarios de mamá”. Han pasado 787 años desde que Jaume I entrara en Valencia y cuánto nos queda aún por hacer.

Feliç 9 d’Octubre, valencians i valencianes.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...