Las antiguas encuestas del CIS en la época del PP que alimentan el secesionismo lingüístico

Política lingüística

Entre 2001 y 2004 se realizaron sondeos que situaban en dos terceras partes los ciudadanos que defendían que catalán y valenciano eran lenguas distintas

El sociólogo Vicent Flor analiza en su último libro las variables que influyen en los resultados: las zonas con mayor presencia del castellano y las personas con menos estudios eran más contrarios a la unidad de la lengua

Decenas de personas durante una manifestación para denunciar la persecución y censura hacia la cultura valenciana, a 9 de octubre de 2024, en Valencia, Comunidad Valenciana (España). Las manifestaciones están organizadas por la Comissió 9 d´Octubre formada por entidades como Acció Cultural del País Valencià, Escola Valenciana, Intersindical Valenciana o Plataforma per la Llengua, y por la Coordinadora Obrera Sindical,  con el objetivo de denunciar la persecución y censura que consideran está sufriendo la cultura valenciana.

Decenas de personas durante una manifestación para denunciar la persecución y censura hacia la cultura valenciana, a 9 de octubre de 2024, en Valencia. 

Jorge Gil / Europa Press

El debate de Política General de la Comunitat Valenciana reveló la estrategia del PP de Carlos Mazón de azuzar el debate identitario con críticas a la AVL, un enésimo anuncio de una ley de señas de identidad y la propuesta estrella de intentar que los estudiantes valencianos puedan elegir entre el examen de valenciano y castellano en las pruebas de la PAU. Una iniciativa en que, pese a la negativa del Gobierno, el conseller de Educación insiste incluso con un vídeo interpelando directamente a los alumnos (y futuros votantes). Una apuesta política, en un momento complicado para el PP, que vuelve a cuestionar si esta cuestión todavía da votos.

En una entrevista reciente con el sociólogo Vicent Flor con motivo de la publicación de su libro Contra la llengua dels valencians. Una batalla per la cultura (Editorial Afers, 2025), este doctor en Sociología apuntaba que si el PP lo hace es porque entiende que electoralmente le beneficia. En su libro, Flor analiza la base social secesionista (aquellos que opinan que el valenciano y el catalán son lenguas distintas) y el resultado es bastante claro. 

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El autor examina el fenómeno a través de la incorporación en encuestas del CIS de los años 2001, 2002, 2003 y 2004, a iniciativa del gobierno valenciano de entonces, de una pregunta, “bastante cuestionable”, sobre la unidad de la lengua. A los encuestados les preguntaron: “Respecto a la identidad del valenciano, ¿con qué frase se identifica usted en mayor medida?”. Dos eran las posibles respuestas: “Una lengua diferente y diferenciada del catalán” o “la misma que se habla en Cataluña y las Islas Baleares”. Aunque Flor defiende que la cuestión de haberse planteado de forma diferente el resultado sería distinto -por ejemplo, haber preguntado si consideraban el valenciano una lengua compartida con Catalunya que se denomina valenciano- el resultado del CIS era contundente. “El secesionismo lingüístico sería claramente mayoritario, oscilando entre el 62,6% y el 72,5%”. 

De las encuestas, a Flor le llama la atención la diferencia entre porcentajes con tan solo un año de diferencia (2002 y 2003) ante un mismo diseño muestral y un mismo número de encuestados y recoge las tesis de Rafael Castelló que “ante una pregunta que el entrevistado no está en condiciones técnicas de responder, la aleatorización de la respuesta por parte del entrevistado es muy mayor”, lo que explicaría el salto porcentual.

La tabla con las encuestas del CIS que aparece en el libro de Vicent Flor.

La tabla con las encuestas del CIS que aparece en el libro de Vicent Flor.

LV

Con todo, las cifras son bastante evidentes y, como apuntaba Flor en la entrevista del pasado fin de semana en La Vanguardia, demuestran en este campo, “los discursos de la identidad valenciana hegemónicos son los que promueve la derecha”. El sociólogo subraya los efectos de una transición democrática con vencedores y vencidos en la batalla de València, lo que explicaría la posición de la izquierda (como se ha visto ahora que Mazón vuelve a agitar esta bandera) de rehuir el debate. 

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El conseller de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira, durante una entrevista para Europa Press, a 30 de julio de 2024, en Valencia, Comunidad Valenciana (España). El político y economista valenciano, José Antonio Rovira, fue elegido concejal del Ayuntamiento de Alicante por el Partido Popular en las elecciones municipales de 1991 y 1995, y ocupó los cargos de teniente de alcalde, portavoz adjunto del grupo municipal y concejal delegado de Seguridad Ciudadana. En 1999 fue elegido diputado de las Cortes Valencianas y ejerció hasta 2001 como secretario de la Comisión de Economía, Presupuestos y Hacienda. Desde 2023 ejerce como conseller de Educación, Universidades y Empleo de la Generalitat Valenciana en el Gobierno presidido por Carlos Mazón.

Y es que, según se recoge en Contra la llengua dels valencians. Una batalla per la cultura (Editorial Afers, 2025), antes de la batalla de los 80, los números eran diferentes. Explica Flor que El Consell preautonòmic del País Valencià “encargó una encuesta que —a pesar de la cautela que hay que tener, puesto que los resultados eran favorables a las posiciones del presidente socialista de entonces, Josep Lluís Albinyana— otorgaba al secesionismo idiomático una base de un tercio aproximadamente de la población valenciana: un 35% de personas consideraría que catalán y valenciano eran dos lenguas diferentes frente a un 49% que defendería la unidad lingüística”. Unos porcentajes que se dieron la vuelta en 20 años.

En una encuesta anterior del Consell preautonòmic, el resultado sería favorable a los partidarios de la unidad de la lengua

Las encuestas del CIS son trabajadas por Flor que apunta datos que, aunque hayan podido quedar desfasados, dan pistas sobre las bases sociales del fenómeno secesionista. Así, señala que el secesionismo sería más grande en las mujeres que en los hombres; en las personas grandes que en los jóvenes -lo cual podría ser consecuencia del superior capital educativo-; en las comarcas de Alicante, donde el castellano tiene una presencia más significativa (contrariamente, haber nacido o no en el País Valenciano no aporta diferencias significativas); más en las personas sin estudios que con las que tienen estudios secundarios o universitarios y entre jubilados y amas de casa que en estudiantes. “Es decir, el secesionismo idiomático se daría en un grado más alto entre las personas con menos nivel de escolarización”. 

Una circunstancia que puede hacer que los porcentajes hayan cambiado de forma considerable durante lo últimos años en una sociedad con un mayor nivel de estudios donde, recordemos, se enseña que el valenciano es la misma lengua que el catalán.

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