Se despidieron en la puerta del aparcamiento, sin prisa, hablando de fútbol. Ese fue el colofón de la larga comida que Carlos Mazón y Maribel Vilaplana mantuvieron durante la tarde del 29 de octubre de 2024 en el restaurante El Ventorro, según acaba de declarar ella en su comparecencia como testigo ante la jueza que instruye la causa penal de la dana.
Maribel Vilaplana, la periodista que comió con Carlos Mazón el 29 de octubre de 2024, a su llegada este lunes a los juzgados de Catarroja
Minutos después de las nueve de la mañana, poco antes de que Carlos Mazón anunciara su dimisión como president de la Generalitat Valenciana, llegaba Maribel Vilaplana a los juzgados de Catarroja, entre una nube de cámaras, sin hacer declaraciones y mostrando un rostro afligido mientras una voz le instaba a decir la verdad en su declaración.
Como era de esperar, la periodista ha comunicado a la instructora que no conserva el tiquet del aparcamiento donde estacionó su coche antes de acudir a su cita en El Ventorro, pero ha aceptado que le sea requerido a la empresa que gestiona el parking. Ha explicado que ella y Mazón comieron solos en un reservado del restaurante, que el propietario del restaurante entró una vez para entregar al presidente un sobre con unos papeles que él revisó y firmó, pero en ningún momento hablaron del temporal que se cernía sobre Valencia.
“Él lo que dice es 'vengo de una reunión con los sindicatos', pero a mi no me habla de nada de la dana”
”Hay un momento en el que hay muchas llamadas, era una mesa muy grande, yo estoy en el cabecero, y él se giraba y escribía, y me miraba. Yo no recuerdo un teléfono ring ring, eso no lo recuerdo”, ha declarado al comienzo del interrogatorio. A la pregunta de si no oía el sonido del teléfono cuando llamaban a Mazón, ha respondido “supongo que sí, que sonaría, pero yo no lo recuerdo, es lo que quiere creer mi cabeza”. Por eso, ha asegurado que cuando le preguntaron los medios si él estaba incomunicado explicó que no, que recibía llamadas.
La jueza ha inquirido si Mazón no le comentó nada de la emergencia, teniendo en cuenta que en uno de los vídeos publicados se veía al ya expresidente hablar de la emergencia antes de una reunión que mantuvo por la mañana. Pero Vilaplana dice que no: “él lo que dice es 'vengo de una reunión con los sindicatos', pero a mi no me habla de nada de la dana, en València no llovía, no tengo percepción de que estaba pasando nada”. Asegura que en la universidad a la que va su hija no estaban las clases suspendidas y “él no me hace partícipe, ni yo le pregunto nada”.
Se me está utilizando por todos los sitios y todos los lados, incluso de forma machista
La instructora se ha interesado por el hecho de que, tratándose de una comida sobre asesoramiento en comunicación, el asesoramiento en comunicación de emergencia podría haber sido un tema lógico, pero la testigo ha declarado que “yo no conocía ese tema. Yo hace que no ejerzo de periodista desde hace quince o dieciséis años, mi trabajo no es precisamente los medios. Y yo además entro a las 8 en una empresa o en un centro de negocios o una universidad, y mis clases son 5 o 6 o 8 horas, y silencio el móvil, yo estoy siempre desconectada”.
Sobre el vídeo de las inundaciones en Utiel que, según un medio ha publicado este fin de semana recibió en su móvil durante su encuentro con Mazón, Vilaplana ha admitido que lo tiene, pero ha querido manifestar que “se me está utilizando por todos los sitios y todos los lados, incluso de forma machista. Ese es un chat familiar (...). Se filtra un chat personal, y ahora verán que es un link, no un video, esa persona siempre manda noticias, y yo el móvil lo tengo guardado”.
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Según su testimonio, no sacó el móvil salvo ante Mazón, y ella se limitó a enviar un mensaje a su ex marido para que recogiese a uno de sus hijos, pero que no llegó siquiera a abrir el link sobre el temporal en Utiel: “Me atormenta no haber abierto ese tuit, porque si lo hubiera visto le hubiese dicho 'ostras', pero yo no lo abro”, ha asegurado.
“Yo recuerdo que salimos del restaurante y seguimos hablando, yo trabajo para el Levante (el club de fútbol), pero yo quería que él viniera a ver un partido de futbol del Levante, un derbi contra el Elche, yo le dije que se comprometiera, es la conversación de la salida”, ha afirmado Vilaplana.
“Quería que él viniera a ver un partido del Levante, un derbi contra el Elche, le dije que se comprometiera, es la conversación de la salida”, ha afirmado
La periodista ha señalado que hablaron en la puerta del restaurante y que “es normal que me acompañara porque él no me preguntó por donde tenia el coche aparcado. Salimos con normalidad, paseamos con normalidad, no lo comenté en la carta porque no me pareció relevante, el parking está ahí al lado”. Allí siguieron hablando, habían salido del restaurante aproximadamente a las 18:45, y ella no tenia prisa y no tenía sensación de prisa por la otra parte. Siguieron hablando de futbol hasta despedirse.
Maribel Vilaplana se ha mostrado muy afectada en varios momentos de su interrogatorio, llegando a romper a llorar tras declarar, en respuesta a las preguntas de uno de los abogados, que Mazón se quitó la chaqueta durante la comida y se puso un suéter que llevaba en la mochila. Teme que su respuesta se interprete mal intencionadamente. Uno de los abogados ha preguntado después por este asunto, resaltando que Mazón no llevaba luego en el Cecopi ni el mismo pantalón ni los mismos zapatos que a mediodía, pero ella ha dicho que no se cambió mientras estuvieron juntos, a excepción del suéter.
A los dos días de esa conversación, el presidente la llamó para advertirle de que iba a verse obligado a dar su nombre
Sobre el motivo de la reunión, la periodista ha reiterado lo que siempre dijo, que el motivo era una oferta para dirigir À Punt que ella rechazó de plano por la mala experiencia vivida en Canal 9, cuyo final vivió como “un trauma”, por no considerarse capacitada para dirigir y estar muy satisfecha con su actual trabajo. Hablaron luego de la televisión autonómica (ella le dijo que “le enervaba” que no se utilizara más el valenciano). Mazón admitió no sentirse cómodo haciendo discursos en esa lengua y ella se ofreció extraoficialmente a asesorarle en ello. Por contra, negó la posibilidad de trabajar en el asesoramiento de altos cargos porque trabajar para la política podría perjudicarle ante sus clientes.
Tras un receso, las acusaciones han proseguido con el interrogatorio, incidiendo en detalles como quién fue la persona que llevó a Mazón la documentación que firmó (el dueño del restaurante, según la testigo) y cuándo volvieron a hablar después de haberse despedido. Vilaplana ha respondido que fue aquella madrugada, por teléfono, y ha vuelto a llorar al recordar que ella pidió al presidente que no la mencionara, después de que él dijera “esto es muy gordo, es muy grave”, por lo cual se considera ella misma “una cobarde”.
La periodista ha explicado que a los dos días de esa conversación, el presidente la llamó para advertirle de que iba a verse obligado a dar su nombre debido a la presiones que recibía -algo que no ocurrió hasta el 8 de noviembre- y entonces ella decidió borrar el número de teléfono de Mazón y todo los mensajes intercambiados.