La izquierda valenciana mantiene viva la expectativa de un adelanto electoral en la Comunitat Valenciana pese a que, desde Madrid, la dirección nacional del PP insiste en transmitir que no habrá comicios anticipados. Aun así, tanto el PSPV como Compromís consideran que la situación política abierta tras la dimisión de Carlos Mazón y las negociaciones entre el PP y Vox dejan como única salida viable la vuelta a las urnas. Y lo están haciendo ver: este fin de semana, los socialistas valencianos han convocado movilizaciones en València bajo un lema inequívoco, “Volem votar”.
La secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant, ha sido la voz más contundente en esta dirección. Exige “una convocatoria electoral sin trampas ni prórrogas indignas a un Consell inútil” y sostiene que la ciudadanía “quiere poder mirar hacia delante, reconstruir la confianza y la credibilidad de las instituciones”. Morant, que participará en el acto del sábado acompañada por la secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró, y por la candidata socialista a la Alcaldía de València, Pilar Bernabé, considera que se ha alcanzado un punto de no retorno: “Decimos basta a tanta indignidad y reclamamos devolverle la voz al pueblo”.
La dirigente socialista, en plena ofensiva política, ha acusado a Alberto Núñez Feijóo de frenar una nueva cita con las urnas por temor al resultado: “Feijóo le tiene miedo a unas elecciones en la Comunitat Valenciana, pero los socialistas no tenemos miedo a la voz de la gente sino a las coaliciones negacionistas”. Su crítica se dirige tanto al PP autonómico como al nacional, a los que responsabiliza de prolongar una crisis institucional que, según el PSPV, solo puede resolverse devolviendo el protagonismo a los votantes.
El portavoz de Compromís en Les Corts, Joan Baldoví, interviene durante una sesión de control
De hecho, el secretario de Organización del PSPV, Vicent Mascarell, también ha pedido a los populares que “se dejen de cálculos políticos, sean valientes y convoquen elecciones autonómicas”. “Los valencianos y valencianas merecemos pasar página y decidir sobre nuestro futuro”, afirmó tras conocer los avances en las negociaciones entre PP y Vox para investir como nuevo president al síndic popular, Juanfran Pérez Llorca.
La posible elección de Pérez Llorca —el preferido del PPCV, aunque no con el respaldo entusiasta de la dirección estatal del PP, que vería con mejores ojos a la alcaldesa de València, María José Catalá— es uno de los elementos que más contestación ha generado en la izquierda. Para el síndic de Compromís, Joan Baldoví, el dirigente popular es “Juanfran Mazón”, un continuador natural del proyecto político del expresident dimisionario. “Es Mazón punto dos: estuvo en todos los pactos con Vox, aceptó todas sus condiciones y mantiene una profunda amistad con él”, sostiene.
Baldoví denuncia además que la decisión sobre el futuro del Consell se esté tomando fuera de la Comunitat Valenciana, en despachos de Madrid e incluso de Barcelona: “Las decisiones que nos afectan no las están decidiendo los valencianos, sino Abascal, Feijóo o el portavoz de Vox en el Parlament de Catalunya”. Para él, es “otra anomalía” en un contexto de “parálisis permanente”.
La coalición valencianista coincide con el PSPV en que la única salida lógica es convocar elecciones. “Hace una semana que dimitió Mazón y aún no sabemos quién será el candidato. Nadie habla de reconstrucción, de la crisis de las mamografías, de las listas de espera o de la falta de profesores; solo hablan de repartirse candidaturas”, reprocha Baldoví. Y desliza incluso la posibilidad de que Compromís presente un candidato “instrumental” a la investidura: un nombre sin recorrido político propio que serviría únicamente para acelerar el camino hacia las urnas. “Lo único que haría es devolverle la voz al pueblo valenciano”, afirma.
Mientras tanto, el PP guarda silencio sobre sus plazos y sus preferencias, a pesar de que la negociación con Vox parece encarrilada y próxima a cerrarse con un acuerdo que permitiría la investidura de Pérez Llorca. Pero para la izquierda, esta fórmula sería simplemente prolongar el ciclo político que se abrió hace un año y que, tras la dimisión de Mazón, consideran agotado.


