El octavo

El octavo pasajero es una película de ciencia ficción y terror dirigida por el cineasta británico Ridley Scott y estrenada en 1979. Pues esto es lo que me ha venido a la mente al enfrentarme esta semana con este imponderable. Igual me traiciona algo de alma cinéfila y alguna cana, aunque al menos no he caído en aquello que rememoraría la imprescindible muleta voxera que le asiste, seguro que más de la feliz serie setentera Con ocho basta, por aquello de la España una y trina con su empeño en fumigar territorios e identidades.

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Juanfran Pérez Llorca, número 2 del PP valenciano

REDACCIÓN / Otras Fuentes

Pues lo dicho, esta semana el presidenciable Pérez Llorca habrá registrado su candidatura en Corts Valencianes, confiando que la preceptiva convocatoria de la Mesa de les Corts con su posterior resopón en la Junta de Síndics proceda a la fumata blanca de su ungido pleno de investidura ya para la próxima semana. Todo un parto bien asistido y provocado por La extraña pareja convenida por Feijóo y Abascal, a años luz de los brillantes Lemmon y Matthau. Eso sí, con la participación como secundaria de lujo de la presidencia del parlamento valenciano como efectiva y radiante matrona.

Así es, en unos días Juan Francisco Pérez, valenciano de La Marina Baixa y por antonomasia alcalde de Finestrat se declarará como el octavo President de la Generalitat Valenciana. Año y medio de reválida si quiere imprimir carácter en algo o para algo, o va a enrocarse y acomodarse en la herencia envenenada recibida y en los argumentarios y directrices del partido. Porque al peaje voxista está claro y cristalino que se deberá someter y apaciguar. Y que jamás olvide que un día fue teledirigido desde el Paseo de la Castellana hasta la dirección del Consell de la Comunitat Valenciana.

La otra cara de la moneda, menos interesante e inspiradora, es como queda y se gobierna orgánicamente el hoy en día mayor partido autóctono, el PPCV. Lo populares valencianos hasta otoño de 2026 no se centrarán en afilar sables y argucias para convocar el Congreso Autonómico del que debe salir el cartel electoral de mayo de 2027. Será en ese momento cuando se abordará el debate sucesorio. Y claro, ya con el calendario electoral despejado para Feijóo, que ahora comienza un rallly electoral con varias etapas volantes hasta mediados del próximo año, a saber Extremadura, Castilla y León y hasta Andalucía en junio. Incluso mi amiga la balear Marga Prohens deslizaba esta semana la posibilidad de adelantar elecciones. Que los valencianos no vayan a importunar a la celebérrima estrategia del PP estatal y la escalada del presidenciable gallego a la cúspide del todo. Así se influye y se tiene voz propia y respetada en el teatro de operaciones peninsular, sí señor…

Lo populares valencianos hasta otoño de 2026 no se centrarán en afilar sables y argucias para convocar el Congreso Autonómico del que debe salir el cartel electoral de mayo de 2027”

El triunfador de todo este teatro de operaciones, pues el salvífico Abascal, muy en su papel de reclamar la herencia histórica incidiendo estos últimos días en la urgencia de presas y diques para conseguir su apoyo en la región levantina (dixit). Una reclamación de estas infraestructuras, competencia exclusiva del Gobierno de España, que se vislumbran como uno de los ejes primordiales del nonato acuerdo de PPVox. Muy en boga ahora que conmemoramos el medio siglo del fin de la dictadura y el advenimiento democrático. Será por aquello de restaurar pantanos como punta de lanza política…

Claro que los entendidos me sonrojarán aduciendo que la frontera consensuada y edificada durante décadas de sentido común e institucionalidad, a arrasar por la nueva ola radical y populista es la guerra cultural, finiquitar la inmigración o matar el Pacto Verde Europeo, estúpido… Y tanto, my friend. Pero eso dará para otra homilía por estas lides, si ustedes gustan.

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