El Teatro Real de Madrid se convierte en el centro de las miradas cada diciembre, pero no solo por su majestuosidad o ser el hogar del Sorteo de la Navidad. Un hombre apodado El Obispo hace de este lugar su casa temporal mientras espera con ansias el sorteo. Con más de dos décadas acudiendo a esta cita, su entusiasmo es tan contagioso que quienes pasan por allí no pueden evitar detenerse para conocer su historia.
Desde el 1 de diciembre, Juan —su nombre real— lleva durmiendo frente al teatro, acompañado por un grupo de fieles seguidores. Cada uno aporta su granito de arena para que la espera sea más llevadera, desde organizar turnos para descansar hasta animar el ambiente con disfraces. “Esto es casi ganas de buscarte problemas en casa porque nos cuesta dinero, pero lo pasamos bien y tenemos mucha ilusión“, comentó Juan en una entrevista reciente para TardeAR.
Repartirá el premio
Destinará un pellizco a los damnificados de la DANA
El carisma de El Obispo no pasa desapercibido. Muchas personas se acercan a hacerse fotos con él, mientras otros confían en su famoso anillo como amuleto de buena suerte. Según dice, basta con pasarlo por los décimos para que señale el número ganador. Aunque no sea más que una superstición, nadie quiere quedarse sin intentarlo.
Además, el hombre compartió que este año vuelve a jugar los números del programa TardeAR, algo que se ha convertido en su tradición particular. A pesar de los dolores de garganta y el frío de estas noches de diciembre, asegura que nada puede quitarle la ilusión. ”Si no nos toca pues al año que viene, pero esto hay que vivirlo con alegría y con ilusión“, afirmó.
Para El Obispo, el sorteo de Navidad es mucho más que cifras y premios. Es un momento para celebrar, rodearse de personas queridas y mantener vivo un sueño, tal y como contó a TVE antes del sorteo. Su deseo, si le toca algo, no es solo para él: ”Una cena muy rica, muy sabrosa, con mucho cariño, pero yo creo que bastante pellizco para Valencia, y lo demás para mis hijos", dijo.