Son decenas las materias que llenan nuestros años en la escuela: ecuaciones, lectura de los grandes clásicos de la literatura, mínimos comunes múltiplos, análisis sintácticos o la interminable lista de irregular verbs. Pero al salir del aula, muchos de esos conocimientos se desvanecen, especialmente aquellos que no aplicamos en nuestra vida cotidiana o en el trabajo. Es entonces, cuando un turista extranjero nos pregunta en inglés cómo llegar a la estación de tren o cuando intentamos comprender una noticia compleja en el periódico, cuando realmente ponemos a prueba lo aprendido.
La forma en que se enseñan los idiomas en las escuelas es, de hecho, uno de los grandes debates educativos de este país. España presenta niveles de comprensión lectora por debajo de la media de la Unión Europea y de la OCDE, tanto en población infantil como adulta. En cuanto al inglés, aunque el nivel medio se mantiene estable, seguimos a la cola de Europa: ocupando el puesto 25 de 34 países en dominio de este idioma, según los últimos datos presentados por el Índice Education First en 2024.
Toni García, Mejor Docente de España
Toni García Arias es un docente que ha dejado huella más allá de los libros de texto. Su labor fue reconocida en 2019 con el premio Mejor Profesor de España, otorgado por Educa Abanca, y en 2023 alcanzó la final del prestigioso Global Teacher Prize, considerado el “Nobel” de la enseñanza, gracias a su compromiso inquebrantable con la cultura y la educación. García es maestro y director del Colegio Joaquín Carrión de San Javier, conocido por su enfoque innovador. Ha recibido atención mediática por su postura crítica hacia los deberes, los exámenes y la burocracia educativa, y por defender una escuela centrada en el alumno y en hacer la educación “más humana”.
Muchos jóvenes salen del instituto sin saber pedir una hipoteca, entender los intereses de un préstamo o evitar endeudarse
García explica a este diario que uno de los motivos causantes del desinterés por la lectura entre los más pequeños es que se ha convertido en una actividad evaluable, olvidando su carácter lúdico, imprescindible para crear un hábito duradero. “Queremos que los niños aprendan a leer cuanto antes, pero lo importante no es que lean con cuatro años, sino que sigan leyendo con 40”, explica el docente.
Toni García, Mejor Docente de España
El problema, añade, surge cuando se enseña a leer demasiado pronto y el esfuerzo supera las capacidades del niño, generando “lectores frustrados”. García advierte que es importante que los estudiantes entiendan los textos, pero que para ello no es imprescindible someterlos a cuestionarios interminables una vez acaben la lectura. “Imagina que vas al cine y, al salir, te hacen un examen sobre quién era el director, el protagonista o la trama. Si pasara eso, preferirías ver las películas en casa. Con la lectura ocurre algo parecido: si siempre la asociamos a una obligación y a una evaluación, termina perdiendo su encanto”.
El reto del inglés en las aulas
Otra de las asignaturas que más dificultades genera entre los estudiantes españoles es el inglés. Aunque su enseñanza es obligatoria desde los seis años, muchos alumnos reconocen que apenas pueden mantener una conversación fluida al finalizar sus estudios.
En cuarto o quinto de primaria deben aprender palabras como ‘enzima’, ‘sustancias’ o ‘virus’. Son conceptos difíciles incluso en español
“Estamos pagando ahora las bases que en su momento se sentaron de mala manera”, afirma García. Desde la introducción del inglés en los colegios, mantiene que debería enseñarse de forma comunicativa, priorizando la expresión oral frente a la gramática o al vocabulario complejo. “Memorizar reglas, ortografía o estructuras también es importante, pero solo cuando existe una base sólida en la parte oral. Esa base nunca se trabajó correctamente porque no había tiempo para ello”, señala. García también critica la decisión de algunos centros de impartir materias técnicas —como matemáticas o ciencias— en inglés. “Hay niños que en cuarto o quinto de primaria deben aprender palabras como ‘enzima’, ‘sustancias’ o ‘virus’. Son conceptos difíciles incluso en español, como para tener que aprenderlos además en otro idioma”.
Aprender para la vida
Aunque García defiende la importancia de la memorización teórica para el desarrollo del pensamiento, advierte que no debe olvidarse la necesidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos en el aula. “Muchos jóvenes salen del instituto sin saber cómo pedir una hipoteca, qué significan los intereses de un préstamo o cómo evitar endeudarse más allá de lo que pueden pagar. Esa carencia de educación financiera y práctica es uno de los grandes problemas que arrastramos”, explica.
En su opinión, en primaria los contenidos suelen estar bien adaptados al entorno del niño, pero en secundaria se tiende a un enfoque excesivamente teórico. Por ello, considera urgente revisar el currículo e incorporar asignaturas prácticas, como gestión de presupuestos, comprensión de nóminas, lectura de etiquetas, trámites con la administración pública o el uso de plataformas digitales para solicitar ayudas, asignaturas que ya se llevan a cabo en centros de otros países europeos como Suecia o Alemania. Sin embargo, el docente subraya que ningún sistema educativo es perfecto y que lo ideal es tomar lo mejor de cada modelo y adaptarlo a la cultura y la idiosincrasia de cada país.


