Pepe Ribé, español viviendo en Indonesia: “Si hay algún lugar donde puedes conseguir lo que te propongas es aquí; en España todo es más estructurado y rígido”

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Pepe Ribé es un joven catalán de 28 años que dejó su vida para emprender en Lombok, Indonesia. Ahora es propietario de Twinfin, un surf house ubicado al sur de la isla

Pepe Ribé, español viviendo en Lombok

Pepe Ribé, español viviendo en Lombok

Emprender es una de las vías para crear nuestro futuro. Son muchas las personas que escogen ser sus propios jefes creando nuevas empresas, establecimientos o negocios; aunque algunos, como el catalán Pepe Ribé, lo hacen muy lejos de casa.

Nacido en Sant Cugat, el joven de 28 años dejó su vida para mudarse a la otra punta del mundo. Indonesia le abrió las puertas, más concretamente la isla de Lombok, al este de Bali. Allí es donde ha creado el surf house de Twinfin. Un hostal que acoge a jóvenes de todo el mundo para compartir una pasión en común, el surf. 

Entre playas paradisíacas y un ritmo de vida mucho más tranquilo del que estamos acostumbrados en España, Pepe disfruta de lo que para muchos europeos ya es un nuevo hogar. Desde La Vanguardia, hablamos con él para conocer cómo es su vida allí y a qué retos se ha enfrentado como emprendedor.

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¿Qué es lo que más te sorprendió al llegar a Lombok desde España?

Evidentemente, lo primero que llama la atención es la religión. Es un país islámico, y eso genera un pequeño choque cultural que se nota desde el principio. Aun así, es fácil adaptarse: solo tienes que entender que aquí la religión forma parte de la cultura y que hay que respetarla. Aunque no la practiques ni la compartas, eres tú quien está en su país, y debes actuar con respeto.

También me impactó mucho la hospitalidad de la gente. Son personas que, aunque tienen poco, siempre están dispuestas a ayudarte, siempre con una sonrisa. Son muy amables, y eso me marcó profundamente.

Twinfin, surfhouse en Kuta, Lombok

Twinfin, surfhouse en Kuta, Lombok

Cortesía de Twinfin

¿Y en tu día a día, cuáles son las diferencias culturales que más notas?

Las principales diferencias que he notado son en la forma de trabajar. Nosotros estamos acostumbrados a otras formas de actuar, por ejemplo, a qué hora entramos o salimos. Al principio puede sorprender, pero al final te acostumbras: tienes que saber dónde estás haciendo negocios y adaptarte. Esa es la clave.

En Kuta hay una gran comunidad de españoles, por lo que nunca te sientes solo

Pepe Ribé, fundador de Twinfin

Además, en Kuta hay una comunidad grande de españoles que están invirtiendo y montando negocios. Convivimos en armonía con la comunidad local, así que no te sientes solo. Puedes hablar tu idioma y compartir experiencias. Hay bastante turismo y presencia española, lo que equilibra mucho las cosas.

¿Fue difícil que la comunidad local te acogiera como nuevo emprendedor allí?

Ahora la relación es mucho más sólida. Llevamos ya un tiempo aquí y, como en todas partes, cuando alguien nuevo llega, al principio la comunidad local está un poco alerta: quieren saber quién eres y con qué intenciones vienes. Pero si tus intenciones son buenas y ven que es una relación win-win, que generas empleo y contribuyes al progreso, te acogen muy bien. Son amables, te ayudan en todo lo que pueden. A día de hoy tenemos una relación excelente con la comunidad local; todo nuestro equipo es de aquí, y estamos muy contentos.

Twinfin, surfhouse en Kuta, Lombok

Twinfin, surfhouse en Kuta, Lombok

Cortesía de Twinfin

¿Cuáles han sido tus mayores aprendizajes después de emprender en Lombok?

El mayor aprendizaje ha sido tener la mente muy abierta. No tiene nada que ver con emprender en un país europeo, donde la burocracia está más avanzada y todo es más cuadriculado. Aquí debes estar preparado para imprevistos: puede que una persona no se presente a una reunión, o que te prometan algo que luego no se cumple. Hay que tener paciencia y no desesperarse ante el primer contratiempo. Pero también hay muchas cosas positivas que compensan esas diferencias.

¿Cuál ha sido el momento más gratificante y el más difícil?

El 1 de junio, el día de la inauguración, fue a la vez el más difícil y el más gratificante. Habíamos trabajado muchísimo antes de abrir. Ya teníamos vendidas diez plazas para un retiro en colaboración con otra empresa, pero el edificio no estaba del todo terminado por retrasos con los constructores.

Aquel día esperábamos a los clientes a las cuatro de la tarde, y desde las siete de la mañana teníamos a treinta obreros trabajando a contrarreloj, puliendo los últimos detalles, colgando cuadros, montando todo. El estrés fue absoluto, porque además era la primera vez que abríamos algo así. A las tres de la tarde, justo una hora antes de la llegada de los clientes, todo estaba listo.

Habitación individual de Twinfin

Habitación individual de Twinfin

Cortesía de Twinfin

La sensación fue increíble: de alivio, de satisfacción, de decir “por fin”. Los clientes llegaron, les encantó todo, disfrutaron muchísimo. Fue el mayor reto, pero también el momento más gratificante.

Si hay algún lugar del mundo donde esto puede ocurrir es en Indonesia. Son dinámicas distintas, y aunque las cosas parezcan imposibles, al final salen adelante. Si me pongo en esa situación en España, ni de lejos habría sido igual. Allí todo es más estructurado, más rígido; aquí, de alguna manera, siempre encuentras cómo hacerlo. Fue estresante, sí, pero también muy bonito ver que todo salió bien justo a tiempo.

¿Qué consejo darías a un español que quiera mudarse a Lombok?

El primer consejo es que esto no es para todo el mundo. Si eres muy urbanita, te gusta la puntualidad, las estructuras y ciertas comodidades o garantías —por ejemplo, en salud o seguridad—, este no es el sitio ideal. Aquí hay hospitales, pero están más preparados para cirugías menores; si tienes un problema serio, estás algo más desamparado.

Surf en Lombok

Surf en Lombok

Cortesía de Twinfin

En cambio, si eres aventurero y de mente abierta, mi consejo es venir sin expectativas. Hay que informarse bien, leer todo dos veces, asesorarse con buenos abogados antes de montar una empresa para evitar estafas. Y, sobre todo, tener paciencia y aprender a entender la cultura, porque el choque es grande.

¿Qué es lo que más echas de menos de España?

Sin duda, a mi familia, mi pareja y mis amigos. Y, si me pongo un poco quisquilloso, la comida. Aquí se come muy bien, pero la comida española, el tapeo… eso se echa de menos.

¿Y qué es lo que jamás cambiarías?

Cuando volví a España y me hicieron esa pregunta, dije algo que sorprende a muchos: echo de menos el concepto de fin de semana. En Indonesia casi nadie tiene un horario de lunes a viernes; todo es continuo. En España, ese parón obligado del fin de semana se agradece. Te obliga a desconectar, a descansar, y eso aquí no existe. Aquí el motor no se apaga nunca. Eso lo echo mucho de menos.

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