María Espinar, wedding planner: “Siempre les digo a mis clientes que una boda ideal no es la que sale sin fallos, sino la que se vive con ilusión, incluso cuando algo se tuerce”

Bodas

Entre caos, lágrimas y promesas de amor, María ha aprendido que ninguna boda es perfecta, y que muchas veces la realidad supera a la ficción 

María Espinar ha visto de todo en las bodas, y a pesar de haber acabado la carrera de Química sigue organizándolas porque le apasionan

María Espinar ha visto de todo en las bodas, y a pesar de haber acabado la carrera de Química sigue organizándolas porque le apasionan

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Hay quienes sueñan con su boda perfecta y quienes se dedican a hacerla posible, y María Espinar pertenece al segundo grupo. Lo que empezó como una ayuda puntual a su suegra en la organización de eventos se convirtió en una vocación que mezcla nervios, romanticismo y mucho caos. Hoy, esta wedding planner acumula cientos de historias que podrían ser película: desde infidelidades descubiertas en el altar hasta reencuentros que parecen sacados de un guion de Hollywood.

Entre anécdotas, lágrimas y carcajadas, nos revela cómo se vive una boda desde el otro lado: el de quien corre detrás de los novios, apaga fuegos a última hora y aún se emociona con cada entrada al altar. ¿Qué se esconde realmente detrás del “día más feliz de tu vida”?

¿Cómo llegaste a dedicarte a esto? ¿Qué te llevó a ser wedding planner?

Llegué a este mundo un poco por casualidad. Mi suegra se ha dedicado siempre a la organización de eventos, especialmente bodas, y cuando mi pareja y yo cumplimos 18 años nos propuso acompañarla los fines de semana para sacarnos un dinerillo extra.

Ninguno imaginaba que acabaríamos enganchándonos tanto —mi pareja estudiaba Ingeniería Informática y yo Química—, pero con el tiempo fuimos aprendiendo y disfrutando de todo lo que hay detrás de cada boda. Aunque ya hemos terminado la universidad y seguimos con nuestras carreras, seguimos organizando algunas bodas cada año porque se ha convertido en algo que nos apasiona.

Ese instante en el que suena la música, el novio la espera y todos contienen la respiración… es pura magia

María Espinar

¿Qué es lo que todavía te sorprende después de organizar tantas bodas?

Lo que aún me emociona son las entradas de las novias. Ese instante en el que suena la música, el novio la espera y todos contienen la respiración… es pura magia. Ver a los padres acompañando a su hija y a la novia con lágrimas en los ojos al encontrarse con él es algo que nunca deja de ponerme la piel de gallina. A veces incluso acabo llorando, sobre todo cuando la ceremonia es en una iglesia.

María asegura que hacen todo lo posible para que los novios tengan el mejor día de su vida

María asegura que hacen todo lo posible para que los novios tengan el mejor día de su vida

Carles Miro

¿Cuál ha sido la boda más caótica o surrealista que has vivido?

La más caótica fue la de dos familias que se odiaban… y unos novios que se amaban. Días antes nos advirtieron de las tensiones y solo aceptaron poner seguridad en la barra libre. El día empezó tenso y todo parecía bajo control hasta que, durante el cóctel, estalló una pelea entre hermanos de ambos lados. Luego, en la comida, un chico lanzó una patata y se desató el caos: gritos, platos por los aires y la novia en shock.

Conseguimos separar a las familias y parecía que todo se calmaba, pero las madres empezaron a discutir y volvió el lío. Al final tuvimos que sacar a los más violentos fuera. Los padres y hermanos se marcharon indignados, pero los novios decidieron continuar la celebración con sus amigos y la gente que quiso disfrutar con ellos. Más tarde nos agradecieron haber mantenido la calma en medio del desastre.

¿Alguna vez has tenido que cancelar o frenar una boda en el último momento? ¿Qué pasó?

Sí, y fue durísimo. No puedo contar mucho aún porque tengo preparado un TikTok sobre esa historia, pero fue una de esas veces en las que todo estaba listo —decoración, banquete, equipo— y, de repente, hubo que pararlo todo. Fue una experiencia muy intensa y de las más difíciles que he vivido.

Una novia descubrió, el mismo día de su boda, la infidelidad de su marido con su mejor amiga

María Espinar

¿Cuál ha sido la reacción más inesperada que has visto en una novia o un novio?

La más impactante fue la de una novia que descubrió, el mismo día de su boda, la infidelidad de su marido con su mejor amiga. Fue un momento muy duro e inesperado, de esos que te dejan sin palabras incluso después de haberlo visto todo en este trabajo.

¿Y con los invitados? ¿Te han tocado situaciones absurdas o cómicas?

Con los invitados suelen pasar menos cosas porque están más a su aire, pero alguna anécdota curiosa siempre hay. En una boda, mientras preparábamos el salón, entró un señor diciendo que tenía calor y lo dejamos quedarse dentro, porque teníamos el aire acondicionado a tope. De repente, empezó a pasear en silencio, mirándonos fijamente, sin decir una palabra, hasta que de repente cogió el ramo de la novia, recolocó las flores y les hizo fotos con su móvil. Luego dijo “muchas gracias” y se fue tan tranquilo. Nos quedamos en silencio unos segundos… y luego no podíamos parar de reír.

Ella ha estudiado Química, pero sigue organizando bodas porque le apasiona

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¿Qué parte de tu trabajo la gente no se imagina o no valora?

La gente no se imagina las horas que hay detrás de cada boda. Desde las conversaciones infinitas con proveedores hasta la disponibilidad total los días previos: da igual si es de día o de madrugada, siempre estamos ahí para resolver imprevistos.

El día de la boda parece que todo fluye, pero detrás estamos corriendo, reorganizando cosas en segundos y solucionando contratiempos sin que nadie lo note. Es un trabajo que requiere mucha atención, improvisación y, sobre todo, pasión. Aunque nadie vea el esfuerzo ni las horas sin dormir, lo hacemos con cariño, porque gracias a eso los novios pueden vivir su día como si todo ocurriera sin esfuerzo.

¿Cuál es el error más común que cometen los novios al planear su boda?

Idealizarla demasiado. Muchos llegan con una imagen perfecta sacada de redes sociales y piensan que todo saldrá igual. Pero una boda real está llena de imprevistos y factores que no se pueden controlar. He vivido bodas donde se ha ido la luz en pleno banquete o se ha estropeado el camión frigorífico y parte de la comida se ha echado a perder. Siempre les digo que una boda perfecta no es la que sale sin fallos, sino la que se vive con ilusión, incluso cuando algo se tuerce. Lo importante son las risas, las miradas y la emoción del día.

Las bodas más bonitas no son las más recargadas, sino las que los novios disfrutan de verdad

María Espinar

¿Has notado que las bodas han cambiado en los últimos años (presupuesto, estilo, mentalidad)?

Sí, muchísimo. Los precios se han disparado y cada vez se incluyen más elementos que, siendo sinceros, son prescindibles. Muchos se incorporan solo porque se ven en redes, aunque no aporten tanto como cuestan. También noto que muchos novios quieren incluir de todo: detalles, juegos, actuaciones… y eso suele generar estrés. Acaban corriendo todo el día, pendientes del horario y sin tiempo para disfrutar. Siempre decimos que menos es más. Las bodas más bonitas no son las más recargadas, sino las que los novios disfrutan de verdad.

Los novios cada vez quieren añadir más cosas a su boda y la 'wedding planner' asegura que eso es un error

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zeynep&ugur

Después de ver tantas historias de amor… ¿Crees más o menos en el amor?

Sin duda, ahora creo más en el amor. Después de vivir tantas bodas y conocer tantas historias bonitas, me reafirmo en que el amor verdadero existe. En redes siempre triunfan los “salseos”, pero la mayoría de bodas están llenas de cariño y complicidad. Recuerdo una historia que me marcó: una pareja que se conoció con 15 años y, tras años juntos, él tuvo que irse a trabajar a Estados Unidos. Ella se quedó en España para cuidar a su madre enferma y acabaron separándose. Pero cada año, el día que se conocieron, ella recibía un ramo de margaritas con una nota que decía: “Espero que me sigas esperando.”

Seis años después, él le envió otro ramo con un mensaje distinto: “Aquí tienes mi billete de vuelta. Si vienes al aeropuerto, sabré que todavía me esperas.” Y ella fue. Se reencontraron y él le pidió matrimonio allí mismo. Hoy están casados y felices. Historias así me hacen creer que el amor verdadero no siempre es fácil, pero cuando lo es, resiste el tiempo y la distancia.

Después de vivir tantas bodas y conocer tantas historias bonitas, me reafirmo en que el amor verdadero existe

María Espinar

¿Hay alguna boda que te haya hecho pensar: “Por esto vale la pena todo”?

Casi todas. En cada boda recibimos tanto cariño que sentimos que formamos parte de algo muy especial. Hay momentos que lo dicen todo: una mirada entre los novios, una madre dándote las gracias con lágrimas en los ojos o un mensaje después del gran día diciendo que fue incluso mejor de lo que soñaban. Es en esos instantes cuando piensas: “Por esto vale la pena todo”.

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