Una problemática que afecta a mujeres y hombres, la alopecia es la pérdida anormal del cabello y, principalmente, se dividen en dos tipos. Uno de ellos es la alopecia cicatricial, en la que el folículo piloso se destruye y, como consecuencia, no se puede recuperar, por lo que los efectos serán irreversibles, según explica la Clínica Universidad de Navarra. En cambio, la alopecia no cicatricial sí que puede revertirse y, por lo tanto, existe la posibilidad de recuperar el cabello perdido. Dentro de esta clasificación se encuentran algunos casos como el de la alopecia androgénica, la alopecia areata, la alopecia difusa o la alopecia traumática, entre otros.
Pero, ¿cómo saber si se está sufriendo de alopecia? En ciertas ocasiones, esto resulta evidente a causa de la pérdida de densidad y a la caída de pelos. Sin embargo, otros casos pueden ser menos claros, sobre todo en los primeros estadios, especialmente cuando se produce la caída estacional del cabello. Los síntomas más claros de alopecia son dos: el debilitamiento del cabello y la caída de más de 100 pelos al día, lo que se situaría por encima del rango considerado como normal, entre 50 y 100. Todo esto tiene que ver directamente con la que supone la gran pregunta para todas aquellas personas que sospechen de la posibilidad de sufrir alopecia: ¿cuál es el remedio?
¿Cómo se tratan los casos de alopecia?
La dermatóloga y tricóloga Claudia Bernárdez se muestra clara: “No existen ni trucos ni métodos mágicos para tratar la alopecia ni ninguna otra patología capilar”. A través de una publicación realizada en su perfil en la red social de Instagram, la especialista alerta sobre los falsos gurús y los tratamientos milagrosos que prometen revertir los efectos de la alopecia, sin ninguna base científica. Claudia Bernárdez insiste en que cada caso es diferente y debe ser analizado de forma personalizada.
Esto se debe a que existen diversas causas que explican cada tipo de alopecia, ya que puede deberse a factores tan dispares como un condicionante genético u hormonal, a una alimentación deficiente, situaciones de alto estrés, el uso excesivo de cosméticos o enfermedades de diversa índole, desde la tricotilomanía hasta patologías autoinmunes, apuntan los expertos de la Clínica Universidad de Navarra.
De modo que el historial médico del paciente y sus síntomas serán determinantes a la hora de realizar un diagnóstico y, por tanto, establecer un tratamiento adecuado de ser posible. “Debemos asegurarnos de que haya estudios suficientes para poder abordar tu caso de forma individual”, recuerda la dermatóloga.


