Mireia Fernández, experta en dermocosmética: “España no huele a ajo, pero tiene piel de cebolla. El sol, junto a la falta de tratamiento en manos, escote, cuello y línea del pelo, es el principal responsable”
Belleza
Este tipo de piel aparece en aquellas zonas que son las grandes olvidadas de la rutina de cuidado, como la línea de nacimiento del cabello o el escote

Durante años la frase “España huele a ajo” ha perseguido a Victoria Beckham

Una de las frases que más ha perseguido a Victoria Beckham en los últimos veinte años es que “España huele a ajo”, una cita que habría realizado cuando residía en Madrid. Pero en el documental Beckham (Netflix), la diseñadora desmintió estas palabras. “Yo era la villana. Dijeron que odiaba España y que olía a ajo. Yo no dije nunca eso. Sabían que no podía mudarme por el colegio de los niños. Todo lo que hacía lo inventaban o lo sacaban de contexto. Pero el problema nunca fue España”, aseguraba en esta parte de la producción donde reconoció que fue la “peor época” de su matrimonio con el futbolista.
Puede que España no huela a ajo pero sí que tiene la piel de cebolla. Así lo aseguran las expertas en dermocosmética, que explican este concepto. “No es un diagnóstico médico, pero sí una forma muy gráfica de describir una piel afinada, con aspecto seco, poco elástica, arrugada y con manchas”, expone Raquel González, cosmetóloga y fundadora de Byoode.

Esta condición de la piel, que ha perdido densidad y empieza a tener una textura parecida a un papel fino, con poca capacidad de respuesta, aparece especialmente en las zonas que son las grandes olvidadas de la rutina de cuidado de la piel. “Manos, escote o nacimiento del cabello son áreas que reciben la misma radiación solar que el rostro, pero a las que no dedicamos los mismos cuidados”, explica Estefanía Nieto, directora de educación de Medik8.
Aunque en la actualidad muchas mujeres y hombres están más concienciados con el hecho de aplicar a diario protección solar, todavía falta esta asignatura pendiente. “El sol, junto a la falta de tratamiento en manos, escote, cuello y línea del pelo, es el principal responsable de la piel de cebolla. Con los años, debilita las fibras de colágeno, disminuye la hidratación profunda y genera un daño oxidativo que termina afinando la piel y dejando un tono apagado o amarronado”, asegura la directora dermocosmética de Perricone MD, Mireia Fernández.

La piel de cebolla se suele agravar cuando se pasan los 40, una etapa donde el recambio celular se ralentiza y la regeneración de la piel se complica. Por ello, las profesionales hacen un llamamiento a tener ese cuidado necesario para prevenir y mejorar esta condición de la piel. Uno de los consejos más destacados es aplicar los mismos activos que se usan para el rostro y no olvidarse de la fotoprotección.

“Después de la limpieza, la vitamina C y los antioxidantes son aliados de oro porque neutralizan el daño solar, mejoran el tono y estimulan la producción de colágeno”, indica Estefanía Nieto. Por la noche, lo más aconsejable es apostar por ingredientes renovadores, como los ácidos glicólicos y lácticos o la gluconolactona, que eliminan células muertas, alisan la piel y ayudarán a que los activos penetren mejor.

También los retinoides pueden ser los grandes aliados para estimular la regeneración cutánea, mejorar las arrugas finas y fortalecer la estructura de la piel. “Actúan a nivel profundo, promoviendo la síntesis de colágeno y ayudando a que la epidermis gane grosor y resistencia”, apunta Raquel González.

