Antes de llegar a la intimidad diaria de sus lectores a través de la ventana que es Instagram, Leticia Sala (Barcelona, 1989) utilizaba las palabras para argumentar, redactar demandas, pensar como abogada. Estudió Derecho, trabajó un tiempo en el sector jurídico y lo dejó cuando se dio cuenta de que el suyo era otro lenguaje. Ha publicado Scrolling After Sex (2018), In Real Life (2020) y Los cisnes de Macy’s (2023), dos libros donde la emoción se expresa con precisión y sin aspavientos. También ha escrito letras para otros: colaboró con Rosalía en Aute Cuture y Bagdad, y ha trabajado como guionista y creativa para marcas como Loewe o Vogue. Desde hace más de dos años responde a la fidelidad de sus lectores cada semana con la newsletter Magical Thinking, un guiño explícito a Joan Didion, a quien admira. Lo suyo no es la confesión sino la observación. Lo suyo es saber mirar, y saber contarlo.
¿Tiene un lugar favorito para escribir?
Sí, el sitio donde más escribo es el comedor de mi casa. No es un estudio, pero como estoy sola mientras escribo, no me importa que sea una zona común. Desde ahí veo edificios y una piscina que ni siquiera es del edificio. No diría que me inspira, pero me recuerda que no estoy sola. Y aunque necesito soledad para escribir, también necesito sentirme acompañada, notar que hay vida alrededor.

Vestido de tweed Métiers d’Art 2025 de Chanel. Pendientes Coco Crush con motivo matelassé, en oro amarillo de 18 quilates
Tenue atardecer
Crema con camelia roja Nº1 de Chanel, sérum revitalizante para ojos Nº1 de Chanel y agua de maquillaje Les Beiges de Teint Light. Los pómulos y ojos se iluminan con los polvos Les Beiges Belle Mine Naturelle light coral y las cejas se perfilan con el lápiz Stylo Sourcils Waterproof Blond Doré. En los labios, Rouge Coco Flash Sunse
¿Escribe muchas horas al día?
En los últimos años, sí. Desde que lancé la newsletter, escribo prácticamente todos los días. A eso se suman encargos, artículos, correcciones, ideas que intento desarrollar. Intento no escribir un día y medio a la semana, normalmente el fin de semana, para conservar cierta distancia con lo que hago y no saturarme.
Dicen que hay dos tipos de escritores: los que escriben porque tienen la necesidad de escribir y los que lo hacen para ser leídos. ¿En qué grupo se ubica?
Durante mucho tiempo creí que escribía para ser leída. Es mi forma de comunicarme con el mundo, de encontrar un lugar. Pero cuando mi hija nació y estuvo en neonatos, lo primero que hice fue escribir en las notas del móvil. No pensaba en nadie más que en mí. Fue una forma de entender lo que estaba viviendo. Aquel texto, tiempo después, se convirtió en literatura, pero en ese momento era algo visceral. Eso me hizo repensar la raíz de por qué escribo.

Vestido de piel Métiers d’Art 2025 de Chanel
La hora dorada
Crema para contorno de ojos, sérum en bruma revitalizante para rostro y cuerpo. En pómulos, Les Beiges Belle Mine Lumiere Dorée Éclat du Soir, y en los ojos, máscara Le Volume. En los labios, Rouge Coco Flash Sun Bliss. Todo de Chanel
¿La maternidad ha transformado su escritura?
No creo que haya cambiado los temas, pero sí los ha profundizado. La maternidad, los vínculos, la amistad, el amor, los traumas heredados... ya estaban ahí antes, pero ahora los abordo con otra perspectiva. También porque he leído más, he vivido más. Supongo que es un proceso inevitable, y en el fondo, enriquecedor.
¿Se considera nostálgica?
Me encanta la nostalgia, me resulta inspiradora. Siempre he navegado bien en ella. Pero la maternidad me obliga a estar muy en el presente, a una presencia física constante. Eso hace que me cueste más abandonarme a esos estados, y lo echo de menos. La nostalgia era un refugio.
Y aunque necesito soledad para escribir, también necesito sentirme acompañada, notar que hay vida alrededor”
¿Se ha sentido juzgada por publicar en redes?
Sí, mucho. No tanto por el contenido, sino por el soporte. Publicar en Instagram fue visto durante mucho tiempo como algo menor. Pero gracias a eso llegaron oportunidades. Ahora, con la newsletter, he encontrado un espacio más íntimo y seguro. En Substack, al ser de pago, hay una barrera que protege. Saber que quien está leyendo lo hace porque quiere estar ahí cambia completamente la relación con el lector.
¿Cómo mantiene el ritmo de publicación semanal?
Empecé en marzo de 2023 con una versión gratuita. Me dije que lo intentaría. Solo fallé una semana, y al ver que podía sostenerlo, la pasé a formato de pago. Es un trabajo de constancia, pero me da estabilidad y dignifica el tiempo que dedico a escribir. Ese espacio ha devuelto valor a una comunicación más reflexiva, sin depender del algoritmo.

Camisa satinada Métiers d’Art 2025; anillos Coco Crush con motivo matelassé, en oro beige y oro blanco. Pendientes Coco Crush con motivo matelassé, en oros beige y blanco con y sin diamantes
Al caer el sol
Sérum en bruma Nº1 de Chanel y maquillaje Les Beiges de Teint Light en el rostro. Pómulo marcado con Les Beiges Fluide pearly Glow y esmalte L’Huile Camélia en uñas. Anillos y pendientes Coco Crush de Chanel
¿Qué hace cuando se siente perdida?
Leer. Es como respirar. También escribo aunque crea que no tengo nada, porque muchas veces me sorprendo. Y si no, recurro a fragmentos que he ido guardando. Siempre hay algo que puede servir de punto de partida. La inspiración no es algo místico, pero sí mágico: aparece cuando una se sienta y empieza a escribir.
¿Cómo se relaciona con lo escrito en el pasado?
Depende del día. A veces leo cosas del pasado y siento ternura por la frescura. Otras veces me resultan impostadas, como si intentara demostrar algo. Es cambiante. Me juzgo, me conmuevo, me contradigo. Supongo que es parte de seguir escribiendo.
¿Hay alguna palabra o expresión que evite utilizar por temor a que se desgaste?
Sí, por ejemplo “me descubrí haciendo tal cosa”. Me representa, pero si abuso de ella se nota. Hay que tener cuidado con esas fórmulas que delatan rutina, porque uno se vuelve predecible, incluso para sí mismo.
La inspiración no es algo místico, pero sí mágico: aparece cuando una se sienta y empieza a escribir”
¿Recuerda el momento en que sintió que lo que hacía tenía valor?
Sí, tenía 17 años y escribía en Fotolog. Me sorprendía recibir comentarios de desconocidos que se habían emocionado. Sentí que podía conmover. Años más tarde pasó algo similar con Instagram. Esa conexión con el otro sigue siendo mi motor. Escribir sigue siendo mi forma de estar en el mundo.
¿Qué libro le ha dado pena terminar recientemente?
El reyezuelo, de François Bouchoma. Me pareció como leer a un sabio. Trata sobre la relación del narrador con su hermano esquizofrénico, pero también sobre la vejez, la fragilidad, la vida. Me tocó profundamente. Es uno de esos libros que permanecen dentro mucho tiempo.

Collar y anillos Coco Crush en oro amarillo y blanco
Fresco amanecer
Sérumen bruma revitalizante Nº1 de Chanel y crema de manos. Paleta de ojos Les Beiges Regard Tender y bálsamo para labios y mejillas Helathy Pink

Chanel