En verano no solo se debe cuidar mucho más la piel porque se deshidrata con facilidad y aparecen las manchas, también hay otras partes del cuerpo que suelen olvidarse y que pueden verse afectadas, como por ejemplo, las uñas tanto de las manos como de los pies.
El calor, el cloro, el salitre y los esmaltes permanentes también afectan al estado de las uñas, que es una de las estaciones que más las desgasta. La explicación es muy sencilla: se pasan muchas horas en la playa y en la piscina y el esmalte se suele mantener durante muchas semanas.
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“Nadar aumenta el riesgo de resecar la uña. Al estar en el agua, se satura esta, que se evapora al salir, y así, varias veces al día”, apuntan Rosa Roselló, directora de formación de Druni, que advierte especialmente “del efecto del cloro, que es mucho más agresivo que el agua del mar”.
Además de la estructura, la piel del contorno también se ve afectada. “Una uña seca es más frágil y estriada, pero, sobre todo, es más permeable y, por lo tanto, más propensa a infecciones por hongos”, apunta.
Una uña seca es más frágil y estriada, pero, sobre todo, es más permeable y, por lo tanto, más propensa a infecciones por hongos”
Las manicuristas de Druni avisan que hay prácticas que pueden afectar a la salud de nuestras uñas. Uno de los errores más comunes es dejarse el esmalte, especialmente el de los pies, demasiado tiempo. “El esmalte forma una película oclusiva en la superficie de la uña, que puede agravar la sequedad si no se retira con regularidad”, afirman las expertas, que hablan de manchas blancas y delaminación o uñas sueltas como consecuencias.
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Para evitar estos problemas, es esencial retirar con frecuencia el esmalte. En el caso de las manos se recomienda mantenerlo una semana, mientras que en los pies se puede prolongar de dos a tres semanas. Y un dato esencial: se debe aplicar una capa base para proteger la uña del pigmento y un top coat para sellar el color.
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Las expertas también aconsejan hidratar bien las uñas de las manos y los pies, especialmente el contorno. Para ello, recomiendo usar un bálsamo, un sérum o un aceite específico, que se masajea a diario sobre la uña y su contorno, y que también puede usarse en zonas secas del cuerpo. El tratamiento nutrirá la uña desde la matriz, lo que la fortalecerá desde la raíz. Así, en lugar de terminar el verano con uñas debilitadas, las fortalecerás”, dice Roselló.
Como remarca la profesional, para lucir unas manos bonitas las uñas deben estar sanas, limadas y con las cutículas retiradas hacia atrás. “Aplica una crema de manos, al menos, dos veces al día para restaurar la película hidrolipídica y, por la noche, una fórmula más rica que dejarás actuar toda la noche”, aconseja.
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Otro consejo es cortar un procesión y limar con suavidad para no dañar la uña. “Usa un cortaúñas de casi 1 cm de largo con bordes afilados para cortar limpiamente. Empieza por un lado, continúa por el otro y finalmente por el centro. Luego, lima con la lima más suave posible. Nunca pases de 240 para una uña natural”, recomiendan los manicuristas.


