Seguro que muchas veces se ha preguntado por qué hay tanta diferencia de precios entre los cosméticos de lujo y low cost. Aunque en varias marcas asequibles se pueda comprar un sérum formulado con retinol por menos de 10 euros, lo cierto es que su eficacia no será la misma que un producto de alta gama.
“Los productos de skincare muy baratos no pueden tener una calidad excelente. Es matemática pura. Nadie te va a vender un producto a 3 euros si sus ingredientes cuestan 8, es sentido común”, afirma la farmacéutica Mari Carmen Padilla, que ha compartido con sus miles de seguidores de TikTok e Instagram su reflexión sobre esta disparidad de precios en belleza.
La experta en dermocosmética asegura que hay productos low cost que “funcionan estupendamente” y que cumplen su función, pero se tienen que tener en cuenta varios conceptos de la producción. “Si cuesta poco significa que lo que lleva dentro cuesta menos aún. Dentro de los ingredientes que se utilizan para formular productos de skincare, existen distintas calidades. Tenemos ácido hialurónico, ceramidas, retinoides de distintas calidades.…”, argumenta la profesional, que asegura que en las calidades de los activos está la diferencia. “No es lo mismo un ácido hialurónico con buena pureza, estructura y peso molecular estudiado, que una versión más básica del mismo ingrediente”, manifiesta.
No es lo mismo un ácido hialurónico con buena pureza, estructura y peso molecular estudiado, que una versión más básica del mismo ingrediente”
Cuando un producto es muy económico, significa que la fórmula está ajustada a ese precio. Aunque en la etiqueta se vea por ejemplo que contiene ácido hialurónico, su calidad o estabilidad puede que no sea la misma que en productos donde se ha hecho una mayor inversión e investigación.

Mari Carmen Padilla comparte sus conocimientos en dermocosmética con sus seguidores
“No es lo mismo utilizar un ingrediente ultra puro, muy buen formulado, estable, que no se degrade y con una tecnología que penetre donde tiene que llegar que uno básico y mal formulado. Es decir, el ingrediente estar, está; ahora que si ya viene en la fórmula un poco desvivido, hacerte te hará más bien poco. Evidentemente los laboratorios lo saben y juegan con las concentraciones, calidades y precios”, expone Padilla.
La experta remarca que esto no significa que un producto barato no hará nada, pero si tiene un activo con bajo porcentaje no se deben esperar resultados milagrosos. Para que sus seguidores lo entiendan, lo compara con una camiseta básica: en algunas tiendas se puede comprar por 3 euros, pero no se puede esperar la misma calidad y durabilidad que una pieza que cuesta 50 euros.
Padilla también avisa que hay que tener especial cuidado cuando las marcas low cost se hacen promesas con ingredientes de moda como el retinol. “Cuando hablamos de activos más potentes o más inestables, y tenemos que invertir más en que ese activo permanezca bien dentro de la fórmula para que haga bien su trabajo, ahí lo barato puede salir caro”, alerta la farmacéutica, que añade: “no se trata de demonizar lo económico, sino de saber en qué merece la pena invertir un poco más, y cuándo un producto barato cumple perfectamente su función”.