Cuántas veces habrás escuchado la famosa frase: “el desayuno es la comida más importante del día”. Y no es para menos. Un buen desayuno marca la pausa para afrontar el día con vitalidad y mantenernos activos desde las primeras horas. Este primer alimento del día actúa como el motor que despierta nuestro cuerpo tras el ayuno nocturno, aportando la energía necesaria para comenzar con fuerza nuestras actividades cotidianas.

Sándwiches con aguacate, huevo escalfado, brotes y queso para un desayuno saludable
Un desayuno equilibrado, que incluye carbohidratos, proteínas, grasas saludables y vitaminas, no solo mejora el rendimiento físico y mental, sino que también ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en la sangre. Por eso, tomarte el tiempo para disfrutar de un nutritivo desayuno es una inversión.
La nutricionista Blanca García-Orea ha destacado la importancia del desayuno, haciendo especial énfasis en optar por una primera comida salada. Según explica en un post en su cuenta de Instagram, un desayuno dulce puede desencadenar un pico de glucosa que, lejos de beneficiar, genera efectos negativos como sensación de cansancio prolongado durante el día, menos energía y un aumento de la ansiedad por la comida. Este enfoque resalta cómo la elección de alimentos adecuados en la primera comida del día puede marcar la diferencia en nuestro bienestar físico y mental.
García-Orea señala que, tras el ayuno nocturno, el estómago está vacío y todo lo que consumimos se digiere más rápido. Esto hace que el cuerpo sea especialmente sensible a la glucosa en ese momento. Por ello, el desayuno es clave: tomar decisiones inadecuadas puede generar picos de glucosa que afectarán negativamente el resto del día. Además, desayunar alimentos dulces puede aumentar la probabilidad de experimentar ansiedad o antojos, especialmente durante la tarde y noche.

Bowl con yogur griego, granola, almendras y anacardos
Tostada de aguacate y huevos
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Tortilla con queso y tomate aliñado
3Tostadas de jamón con tomate
4Tostadas de pavo con queso
5Yogur natural con crema de frutos secos
6Yogur natural con fruta y 20g proteína en polvo
7Huevos cocidos con frutos secos
8Tostada con hummus
9Tostada de crema de frutos secos con plátano
10Atún o caballa con aceitunas y nueces
11Porriage de avena con 20g proteína en polvo
12Restos de comida del día anterior (ensaladas, etc..)

Tostada de jamón ibérico
Incluir alimentos ricos en fibra, como cereales integrales o frutas frescas, junto con una fuente de proteínas, como yogur, huevos o frutos secos, puede marcar una gran diferencia en cómo nos sentimos durante el día. Y si a esto le sumamos una buena hidratación, como un vaso de agua o una infusión, estamos dando a nuestro organismo las herramientas necesarias para rendir al máximo desde el inicio.
Para evaluar si estás llevando una alimentación adecuada, Blanca sugiere prestar atención a cómo te sientes al menos cuatro horas después de cada comida. Si experimentas hambre o te encuentras con ganas de picar cualquier cosa, es señal de que algo no está funcionando correctamente. Además, para quienes no disfrutan del desayuno tradicional, recomienda aplicar los mismos principios a su primera ingesta del día, independientemente de si esta se produce a las 8 de la mañana o a las 2 de la tarde. La clave es garantizar una alimentación balanceada que proporcione saciedad y energía sostenida.