Esos últimos días del año, las personas comenzamos a reflexionar sobre las nuevas metas que vamos a establecer para los próximos doce meses. Además, surgen recuerdos de todas las cosas que nos propusimos el año anterior, algunas de las cuales hemos cumplido y otras no. Por ejemplo: comenzar a ahorrar, establecer una nueva rutina de ejercicio, incorporar hábitos de alimentación saludables, establecer relaciones sanas, aprender un idioma nuevo, adquirir el hábito de leer o incluso hacer un voluntariado.
Una vez que comenzamos a ver lo que hemos logrado y lo que no, es momento de establecer los propósitos de Año Nuevo para dar la bienvenida con energía a los próximos meses. Pero para cumplir todas esas metas, es fundamental centrarnos en establecer propósitos realistas y alcanzables. En ocasiones, muchas de las metas que nos planteamos se pierden durante el año porque son demasiado ambiciosas. Soñar en grande está bien, pero para ser efectivos, debemos pensar en retos que sepamos que somos capaces de cumplir y establecer fechas para lograrlos.
Cómo establecer propósitos de Año Nuevo realistas y que perduren según la psicología
Alisha Wray, Ph.D., doctora en psicología por la Universidad de Nuevo México (UNM), expone en uno de los artículos de Baylor University la importancia de utilizar el método SMART al establecer propósitos de Año Nuevo que perduren. De este modo, la psicóloga aconseja establecer objetivos a través de este método para conseguir el éxito en cada uno de los retos propuestos, ya que permite establecer una dirección concreta y medir el progreso.
Así, si somos capaces de analizar nuestro progreso, podremos obtener mejores resultados. Esto se relaciona con el bienestar mental, ya que cuando conseguimos lo que nos habíamos propuesto, aumenta la confianza en nosotros mismos y, por tanto, nos sentimos preparados para enfrentarnos a cualquier desafío. “Muchos propósitos pueden ser poco realistas y vagos (como ponerse en forma, comer más sano, obtener mejores calificaciones) y pueden estar motivados más, por lo que otros podrían pensar que es importante que por lo que realmente es significativo para nosotros”, expone Wray para Baylor University.
Muchos propósitos pueden ser poco realistas, vagos y pueden estar motivados por lo que otros podrían pensar
Los propósitos SMART son aquellos que cumplen con una serie de características específicas que facilitan alcanzar las metas propuestas. La primera característica es que deben ser específicos. Para que los objetivos tengan alcance, deben ser pequeños y estar bien definidos; de este modo, nos ayudan a centrarnos en el objetivo clave y principal, atacándolo con más fuerza. En segundo lugar, el propósito debe ser medible. Esto significa que debemos poder ver cuándo hemos alcanzado la meta o cuándo estamos cerca de ella. Poder hacer un seguimiento del progreso nos ayuda a mejorar cada día y, por tanto, ser más productivos.
Cómo establecer propósitos de Año Nuevo realistas y que perduren según la psicología
El tercer punto es que los objetivos deben ser alcanzables. Como hemos explicado anteriormente, los retos que te propongas deben ser factibles y realistas de alcanzar. La relevancia es otro de los aspectos clave a tener en cuenta. Esto significa que los objetivos propuestos deben estar alineados con tus valores, ideales de vida y las cosas que más te importan. Por último, el límite de tiempo. Cuando tenemos una fecha límite, nos permite enfocarnos mejor en conseguir el resultado y trabajar directamente en ello.
Muchas metas están relacionadas con listas de tareas pendientes y promueven una sensación de logro como completar un entrenamiento duro
Cuando elegimos un objetivo, es importante que este promueva la sensación de dominio. La psicóloga Wray expone para Baylor University que “muchas de las metas que nos proponemos alcanzar, están relacionadas con listas de tareas pendientes u otras actividades que es importante completar. A este tipo de tareas se las suele denominar tareas de 'dominio', que promueven una sensación de logro o realización, como completar un entrenamiento duro o terminar un trabajo”.
Por tanto, al sentirnos realizados, se expande en nuestro cuerpo una sensación de bienestar que nos motiva a querer conseguir más y más metas. En consecuencia, debemos intentar que los objetivos que nos propongamos sean actividades que nos gusten y que nos sintamos cómodos realizando, ya que realizar actividades que nos generen alegría (como pasar tiempo con amigos, por ejemplo) puede ser muy beneficioso para nuestro bienestar mental.
Cuando tenemos una fecha límite, nos permite enfocarnos mejor en conseguir el resultado y trabajar directamente en ello
Es fundamental que los propósitos que elijamos nos resulten atractivos y no se conviertan en una carga, ya que la motivación se mantiene más fácilmente cuando disfrutamos del proceso. Por último, es importante ser constantes y trabajar en nuestras metas, incluso cuando no tengamos ganas o no sintamos motivación. La psicóloga destaca que, si en algún momento vemos que nuestros objetivos no son alcanzables, siempre se pueden moldear y replantear para poder llegar a ellos de otra manera. La flexibilidad es clave para no perder el camino, y, por tanto, poder adaptarnos a los cambios que puedan surgir.
