Entender los pequeños misterios del día a día puede marcar la diferencia entre sentirnos en paz o arrastrar un peso innecesario. ¿Por qué ese ojo que tiembla sin motivo aparente? ¿Y esa tristeza que aparece puntual, cada domingo, como un reloj?
Esas sensaciones, aunque son molestas, no son casualidades. Según Marian Rojas, una de las psiquiatras más reconocidas de España, todo tiene una explicación que conecta lo físico con lo emocional, y comprenderlo es el primer paso para aliviarlo.
Rompiendo el ciclo
¿Por qué sentimos lo que sentimos?
No se trata solo de memorizar conceptos como dopamina o microbiota, por muy científicos que suenen. Según Rojas, existe una conexión profunda entre nuestro cuerpo y nuestras emociones que no puede ignorarse. “Comprender es aliviar”, explica, destacando que identificar el origen de lo que se siente ayudar mucho. Esa ansiedad que te lleva a buscar dulces, por ejemplo, podría ser el germen de la soledad, y entenderlo es el primer paso para cambiarlo.
La psicóloga explica que esta interacción, a la que llama “de la neurona a la emoción”, implica entender tanto lo físico como lo abstracto. "Como nos olvidemos que existe una parte emocional y espiritual que vive conjuntamente, trabajamos pobremente”. En otras palabras, centrarse solo en lo físico deja el trabajo a medias.
Este planteamiento va más allá de lo puramente médico. Para Rojas, el autoconocimiento es una herramienta poderosa. Saber cómo se reacciona en ciertas situaciones permite anticiparse y, sobre todo, actuar de forma más compasiva con nosotros mismos.
En definitiva, la clave está en equilibrar el conocimiento científico con una mirada hacia nuestras emociones y experiencias personales. Porque cuando conectamos todos esos puntos —biología, historia personal y emociones—, no solo entendemos lo que nos pasa, sino que también aprendemos a gestionarlo de una manera correcta.

