¿Se puede vivir con la casa ordenada en todo momento? Parece algo imposible, más aún si hasta Marie Kondo, la gurú del orden por excelencia,admitió que era imposible mantener una casa pulcra con la llegada de su tercer hijo. Si la reina de la limpieza y la organización es incapaz de conseguir triunfar sobre el caos… ¿Qué queda para el resto de los mortales?
Mantener el orden en el hogar es, para muchas personas, un sinónimo de paz mental y emocional. Si bien es imposible controlar el entorno debido al ajetreado ritmo de vida que la mayoría enfrenta a diario, sí se puede mantener un cierto orden y sin estresarse demasiado. Así lo afirma la experta en organización Sara Domínguez (Sara y un café), que da algunas recomendaciones sobre cómo organizar el hogar en solo 15 minutos y sin acabar como un manojo de nervios.
¿Se puede vivir con la casa ordenada?
“Sé lo frustrante que es no saber por dónde empezar o sentir que no tienes tiempo suficiente para mantener tu hogar organizado”, dice la influencer. “La clave está en la constancia, en hacer pequeños cambios en tu rutina que te ayudarán a recuperar el control de tu casa. No necesitas sacar todo un armario y pasarte horas ordenándolo, tampoco pasarte el día recogiendo. Se trata de invertir el tiempo de otra manera”.
Para ello, propone cinco estrategias prácticas y sostenibles que ella misma ha puesto en práctica con las personas con las que trabaja.
- Empezar por el lugar que más te estresa. “Muchas veces cometemos el error de tratar de ordenar toda la casa a la vez u ordenar aquellas zonas que no nos afectan en el día a día”, explica Domínguez, que insiste en que el primer área debería ser precisamente aquella que nos genere una mayor incomodidad. En su caso, admite, es la cocina. “Si esa zona está desordenada, es una fuente de ansiedad. Un caos”, afirma. “Empieza por ahí, pero no lo hagas todo a la vez. Empieza pequeño, 15 minutos es suficiente. El objetivo es que sientas que tienes ese espacio bajo control”.
- Adapta la organización a tu familia. “Queremos imponer un sistema de organización, pero nos olvidamos de las personas con las que vivimos”, explica la experta. “Es más fácil trabajar con los hábitos de las personas que intentar cambiarlos, no hay que complicarse la vida, para ellos siempre va a ser más sencillo. No diseñes sistemas que solo funcionen para ti”.
Una despensa es un ejemplo típico de desorganización.
- Descarta pasos innecesarios. “Trata de eliminar pasos innecesarios en el proceso de organización”, explica Domínguez, dando como ejemplo lo que hace para hacer la colada, eligiendo un día para cada persona de la casa o seleccionando un lugar de la casa para un mismo objeto. “Busca siempre la manera más fácil y rápida de mantener el orden”.
- El orden evoluciona con tu vida. “Hay que ser flexible, el orden no es algo que haces una vez y ya está”, insiste la experta, que ilustra sus palabras con un ejemplo perfecto de desorganización como puede ser una despensa. “Se organizan cosas que no tienen sentido para nuestra vida actual, se acumulan cosas que no utilizamos… El desorden aparece en muchas ocasiones cuando nos aferramos a una idea que ya no encaja con nuestra vida actual. No tengas miedo a los cambios”, insiste.
- Tu mentalidad lo es todo. Como insiste Domínguez, la mentalidad y la voluntad lo son todo. “El orden no se va a mantener solo para siempre, se necesita una rutina”, dice. Por ejemplo, en su caso, tienen “los cinco minutos” antes de irse a la cama para revisar las principales áreas para colocar cualquier cosa fuera de lugar.
“Cambios pequeños, pero que marcan una gran diferencia. “Al levantarte, tu mentalidad cambia. Ya no sientes que estás empezando desde el caos”, insiste. “Lo más importante: no se trata que tu casa parezca sacada de Pinterest, sino de que funcione para ti”.
