“Odio sudar”, probablemente una de las quejas más repetidas a la hora de hacer ejercicio, durante las masificaciones en el transporte público o en los meses de más calor del año. No es de extrañar, esa sensación desagradable cuando la ropa acaba empapada, especialmente en la zona de las axilas y la espalda, no es plato de buen gusto. A veces incluso se suda después de la ducha, lo que irrita a muchos. Sin embargo, hace entre seis y ocho millones de años atrás, el sudor lo fue todo. Ya que supuso un hito clave en la evolución de los humanos al convertirse en “el mecanismo de termorregulación más eficiente que existe en la naturaleza”, explica el investigador de la Universidad de Pennsilvania, Daniel Aldea. Y es que el sudor es lo que permite a los humanos recorrer grandes distancias sin detenerse, determinante tanto para cazar como para permitir los movimientos migratorios.
Pero ¿qué es exactamente el sudor? Se trata de un 99% de agua y un 1% de sales y sustancias que secretan las glándulas, según el dermatólogo Pablo Luis Ortiz Romero. Cuando el sudor sale al exterior mediante las glándulas sudoríparas y cubre la superficie de la piel, el agua de este se evapora y provoca frío, lo que causa ese efecto termorregulador. Aquí es donde viene una de las dudas más comunes. Si bien la sensación de humedad que ocasiona el sudor resulta molesta, lo que más suele incomodar a las personas es el olor de este. Tanto es así que, en el 'Estudio sobre las Percepciones de los Olores en España' realizado por Rexona, el 73% de los españoles encuestados escogieron el sudor como el olor más desagradable. Pero ¿acaso el sudor huele? El especialista responde con claridad: “El sudor recién producido es inodoro”. Aquí viene el apunte: “Salvo que el individuo esté excretando alguna sustancia olorosa”, explica Pablo Luis Ortiz Romero.
¿A qué se debe el mal olor corporal?
Existen toda una serie de motivos que pueden explicar el mal olor tras el sudor. La dermatóloga Ana Molina, en su paso por el podcast ‘Tómatelo con vino’, apunta a algunos de los más comunes, como son algunos medicamentos y también alimentos, entre los que destacan los espárragos, el ajo o la cebolla. “La microbiota que tienes en la superficie de la piel” también representa otro factor a tener en cuenta, puesto que, aunque el sudor no huele en sí mismo, la interacción con este por parte de las bacterias de la piel, concretamente al descomponerse estas, puede originar un olor desagradable. La especialista igualmente destaca la higiene corporal, ya que es por medio de la ducha como se eliminan esas bacterias y se impide que se acumulen.
Ana Molina menciona el material de la ropa como otro causante frecuente de los malos olores, sobre todo en el caso de los materiales sintéticos. En su lugar, se recomienda optar por prendas de algodón 100%, altamente transpirables.


