Detrás de tu digestión, tus emociones y tu energía hay un ecosistema invisible que trabaja sin descanso. También conocida como “el órgano oculto”, la microbiota es el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo. Principalmente, se encuentran en la piel, la boca, el intestino y los genitales. Son bacterias, virus, hongos y otros organismos que viven en simbiosis con las células de nuestro cuerpo, beneficiándose mutuamente o, en algunas ocasiones, perjudicándose en su desarrollo vital. Para ayudarnos a mantener la salud, es fundamental que estos pequeños organismos estén en equilibrio y cumplan con sus funciones.
Un buen funcionamiento de la microbiota es esencial para la digestión de los alimentos y la absorción de los nutrientes que el cuerpo necesita. Además, también produce vitaminas esenciales, como la vitamina K y la biotina. Sin embargo, muchos desconocen su impacto en la salud menstrual, la fertilidad y la menopausia.

Microbiota
La malagueña Marta León, ingeniera química, ha estudiado durante años la relación entre la microbiota y la salud hormonal femenina. Desde hace 15 años acompaña a mujeres en el cuidado de sus hormonas a través de la alimentación y el estilo de vida. En su último libro, El equilibrio perfecto, aborda la conexión entre la microbiota y las hormonas femeninas, destacando que la clave para el bienestar físico y mental podría encontrarse en el intestino.
Según la ingeniera, la microbiota evoluciona constantemente a lo largo de la vida y del ciclo menstrual. “El equilibrio de la microbiota está íntimamente relacionado con la salud menstrual, la fertilidad y la menopausia”, afirma en su libro, donde detalla la manera en que los microorganismos que habitan en nuestro cuerpo varían durante la infancia, la pubertad, el embarazo y la menopausia. Además, factores como el uso de anticonceptivos hormonales, como la píldora, o condiciones como la endometriosis también influyen en su equilibrio.
Durante la menstruación, la microbiota es responsable de cambios en el pH vaginal, la hinchazón abdominal y el estreñimiento
Durante la menstruación, la microbiota es responsable de múltiples variaciones en el pH vaginal, así como de la hinchazón abdominal y el estreñimiento. Para ayudar al organismo a reducir la inflamación, León propone un plan de autocuidado durante los días previos a la regla. Recomienda seguir una dieta baja en azúcar y ultraprocesados, consumir alimentos fermentados, vitamina D y fibra para favorecer la eliminación de toxinas a través del intestino.

En su último libro, 'El equilibrio perfecto', Marta León aborda la conexión entre la microbiota y las hormonas femeninas
La microbiota también juega un papel fundamental durante el embarazo. “El feto recibe una compleja mezcla de vitaminas, minerales, proteínas, grasas, azúcares y otros compuestos (algunos de ellos podrían incluso ser tóxicos), derivada de las elecciones alimentarias de la madre y su estilo de vida. Estos nutrientes se transforman por la acción de la microbiota gastrointestinal materna según las necesidades del bebé a lo largo de la gestación”, explica la ingeniera.
La microbiota influye en el aumento de peso, la sequedad vaginal o la pérdida de densidad ósea en la menopausia
La alimentación durante el embarazo no solo es clave para proteger al bebé y a la madre de infecciones graves, sino también para equilibrar los cambios en el sistema digestivo provocados por las hormonas. León recomienda ciertos alimentos que ayudan a regular la microbiota en esta etapa a equilibrarse y advierte sobre aquellos que conviene evitar, entre ellos, los embutidos, los huevos crudos, el alcohol y el tabaco.

. A través de la alimentación, es posible equilibrar los microorganismos y proporcionar al cuerpo los nutrientes necesarios en la menopausia
Durante la menopausia, los cambios hormonales transforman el cuerpo y pueden impactar la salud de diversas maneras. Aunque cada mujer vive su propio climaterio, la microbiota influye en síntomas como el aumento de peso, la sequedad vaginal o la pérdida de densidad ósea. A través de la alimentación, es posible equilibrar los microorganismos y proporcionar al cuerpo los nutrientes necesarios para aliviar estos síntomas. Marta León recomienda los fitoestrógenos, presentes en varios alimentos de la dieta mediterránea, por su capacidad para reducir sofocos, sudoración nocturna y sequedad vaginal, además de mejorar la densidad ósea y el estado de ánimo. Algunos alimentos ricos en fitoestrógenos que podemos encontrar en el supermercado son los guisantes, las coles de Bruselas, la soja y sus derivados, las bayas de color oscuro, las semillas de lino y chía, y los cereales integrales.
Cuidar de la microbiota no es solo una moda pasajera, sino una necesidad para mantener el cuerpo en equilibrio, especialmente en las etapas en las que las mujeres experimentan cambios hormonales. En su libro, Marta León recalca la importancia del autocuidado como una responsabilidad hacia nosotras mismas y proporciona herramientas y recetas para ayudarnos a tomar el control de nuestro bienestar desde el interior.