“A los 18 años me sentía extremadamente cansada”. Cuando Gemma Hortet, nutricionista y antropóloga, habla de su juventud, inevitablemente se acuerda de la sombra silenciosa que la acompañó hasta bien entrada la treintena: el agotamiento crónico. Como muchas mujeres jóvenes, Gemma quería cuidar su aspecto físico y llevar un estilo de vida saludable. Para ello, basaba su alimentación en ensaladas, fruta, carne y pescado a la plancha, convencida de que estos alimentos eran claves para conseguir una dieta equilibrada. Sin embargo, no hubo frutas o verduras suficientes para remontar la fatiga que la perseguía ni para aliviar sus problemas digestivos.
Su pasión por la nutrición desde pequeña la llevó a explorar el mundo de la medicina china, donde descubrió el concepto de nutrición energética. Esta filosofía milenaria sostiene que no existe una dieta única para todos, sino que lo importante es escuchar al cuerpo y darle lo que realmente necesita. “Empecé a incorporar en mi alimentación cocciones más tradicionales, como los cocidos o los pucheros de legumbres, además de la carne y el pescado cocinados, las sopas y los caldos. Mi energía se disparó, mi peso se reguló de forma natural y puse fin al estreñimiento”.
Hasta que Gemma no hizo algo tan simple y a la vez tan poderoso como escuchar a su cuerpo, relata que sentía el invierno en su interior y un frío tremendo, debido a haber comido mal durante mucho tiempo. “La nutrición energética me hizo entender que no podemos ver la nutrición solamente desde una perspectiva bioquímica, debemos adaptarla a cada persona”, explica la nutricionista a este medio.
Gemma Hortet sufrió agotamiento crónico durante su juventud
¿Qué es la nutrición energética?
La nutrición energética proviene del taoísmo, una filosofía que sostiene que todo tiene una dualidad y que los alimentos, más allá de su composición bioquímica (proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales), también poseen propiedades energéticas. Además de aportarnos nutrientes, los alimentos pueden relajar o activar el cuerpo; refrescarlo o calentarlo; generar calma o estimularnos. Cada alimento tiene una influencia específica en nuestro organismo, y también una afinidad con ciertos órganos. Por ejemplo, las verduras de hoja verde están estrechamente relacionadas con el hígado y las verduras de raíz y los carbohidratos, en cambio, trabajan más sobre el sistema digestivo. A todo esto se llega desde la experiencia y es una medicina milenaria que viene de la medicina tradicional china, aunque hoy en día hay muchos estudios científicos que pueden explicar lo mismo de diferentes maneras.
Además de aportarnos nutrientes, los alimentos pueden relajar o activar el cuerpo; generar calma o estimularnos
¿Qué alimentos forman parte de la nutrición energética?
Lo importante no es el alimento en sí, sino cómo lo preparas, que sea natural y que esté en sintonía con la estación del año. Por ejemplo, ahora no hay judía verde, así que no deberíamos consumirla. La judía verde, al igual que los tomates, es un alimento de verano. Otra cosa es que quieras añadir un poquito de ese alimento para dar sabor a un plato, pero comerte una ensalada de tomate en febrero, el mes más frío del año, ¿qué sentido tiene? ¡Solo conseguirás resfriarte! En cambio, en julio, cuando hace calor, comer un tomate aliñado o un gazpacho tiene todo el sentido del mundo.
Gemma Hortet
¿Por qué debemos escuchar a la naturaleza?
La naturaleza es sabia y nos ofrece en cada estación del año los alimentos que necesitamos. Sin embargo, con la globalización, ahora podemos encontrar casi todas las frutas y verduras en el supermercado durante todo el año. Pero que estén disponibles no significa que debamos consumirlas en cualquier momento. Por ejemplo, en verano hay una gran variedad de frutas porque su función principal es hidratarnos y refrescarnos, ayudando al cuerpo a regular la temperatura y reponer líquidos. Ahora bien, ¿necesitamos el mismo nivel de hidratación y frescura en invierno? No. Durante los meses fríos, los alimentos que predominan de forma natural son otros, como frutos secos, tubérculos y verduras de raíz, que aportan más calor y energía sostenida.
¿Qué sentido tiene comerte una ensalada de tomate en febrero? ¡Solo conseguirás resfriarte!
¿Eso significa que no debemos comer fruta en invierno?
En invierno prácticamente no hay fruta. Hemos asociado las vitaminas con alimentos crudos, y eso es un error. Nos han metido en la cabeza que necesitamos fruta para obtener vitaminas y la comemos sin pensar en cómo nos sienta. En esta época del año, lo que predomina es la fruta seca: nueces, almendras, piñones... A excepción de la granada, que tiene poca agua, y la uva, que llega en septiembre, apenas hay fruta en invierno porque, en realidad, no la necesitamos tanto. Es obvio que necesitamos vitaminas, pero lo que mucha gente no sabe es que todas las verduras de invierno, como las coles, el brócoli o las coles de Bruselas, son muy ricas en vitamina C.
Según Gemma Hortet, la naturaleza nos ofrece en cada estación del año los alimentos que necesitamos
El cansancio es una de las grandes pandemias del siglo XXI. ¿De qué manera influye la alimentación en este problema y cómo podemos recuperar la energía?
El estilo de alimentación actual ha cambiado drásticamente. Hoy en día, la mayoría de las personas prácticamente no cocina nada. Y, para empeorar la situación, su dieta se basa en productos ultraprocesados. Mucha gente acude al médico diciendo: “No sé qué me pasa, las analíticas están bien, el hierro está bien, la tiroides también, pero me siento agotada. No puedo más.” Y la respuesta suele estar en el estilo de vida. Hay cuerpos que simplemente no pueden sostener el ritmo frenético que llevamos hoy en día, y si a esto le sumamos una alimentación inadecuada, el resultado es un desgaste constante. Y no me refiero solo a comer “sano”, sino a elegir alimentos que realmente nutran y fortalezcan, adaptados a la estación y con una alta densidad nutricional.
Hoy en día, la mayoría de las personas prácticamente no cocina nada y es un error, porque la cocina es medicina
¿Cuál es el alimento que más energía nos aporta?
Uno de los alimentos que más energía aportan son las legumbres, las grandes olvidadas. Dentro de una legumbre encontramos proteína de buena calidad, minerales, vitaminas, carbohidratos e incluso, dependiendo del tipo, grasas saludables. Sin embargo, muchas personas tienen niveles de estrés y cortisol tan elevados que su sistema digestivo no las tolera bien. Para digerirlas correctamente debemos estar en calma. En lugar de eliminarlas, podemos combinarlas con otros alimentos que aporten equilibrio digestivo, como las partes menos nobles de los animales que a menudo desperdiciamos: huesos, espinas, patas de pollo de buena calidad, cuello… Todos estos ingredientes dan lugar a caldos y preparaciones ricas en colágeno y nutrientes esenciales, que ayudan a regenerar el sistema digestivo.
Cocinar es la forma más rápida, sencilla y económica de mantener tu salud a lo largo de la vida
¿Tenemos que volver a cocinar como nuestras abuelas?
Exacto. Piensa que, hasta hace poco, la cocina era el espacio de medicina del hogar. Si te encontrabas mal, ibas directamente a tu yaya y le decías: “Ay, me duele el cuello.” Y ella respondía: “Niña, ven, que te haré una infusión de no sé qué.” O un caldito, o cualquier otro remedio casero. Pero hoy en día, la gente ya ni siquiera hace una tortilla de patatas. Hay que hacer que la gente deje de pensar que cocinar es perder el tiempo. Es la forma más rápida, sencilla y económica de mantener tu salud a lo largo de la vida. La cocina es medicina. Cuando cocinas, te estás dando medicina cada día.
Los ultraprocesados son grandes tóxicos para nuestro cuerpo y fuentes de adicción para nuestra mente
En cambio, muchas veces optamos por la comida rápida y los ultraprocesados…
Mira, los ultraprocesados, además de ser grandes tóxicos para nuestro cuerpo, también son fuentes de adicción para nuestra mente, porque cubren una carencia emocional y química: la falta de placer y dopamina que no obtenemos a través de nuestro estilo de vida. La forma más rápida de calmar el malestar es con un placer inmediato y accesible, y los ultraprocesados están diseñados precisamente para eso. Por eso, cuando a media tarde alguien se siente agotado, en lugar de descansar o buscar una alternativa más saludable, recurre a lo fácil: va a la máquina expendedora y se compra un KitKat, una Coca-Cola.
Los ultraprocesados son fuentes de adicción para nuestra mente, porque cubren una carencia emocional y química
¿Qué opinas de la gran difusión y la enorme cantidad de información sobre nutrición que circula en las redes sociales?
Tenemos un problema enorme porque la gente no sabe filtrar toda la información. Uno de los mayores errores de los nutricionistas ha sido clasificar los alimentos como buenos o malos, cuando en realidad no existen alimentos inherentemente buenos o malos. Tampoco debemos pensar que hacer dieta significa pasarlo mal o renunciar a lo que nos gusta. Muchas personas acuden al nutricionista temiendo que se les quite todo lo que disfrutan, pensando que lo que aman es lo que les hace daño o engorda. Es la manera en que incorporamos los alimentos en nuestro día a día lo que provoca problemas. No es lo mismo comer una pizza casera de buena calidad al mediodía, cuando tienes tiempo para digerirla y acompañarla de una buena ensalada, que comerla a las 10 de la noche. Al final, lo que quiero decir es: no te quitaré ese alimento, sino que te enseñaré a comerlo correctamente para que no te haga daño ni te engorde.
No se trata de quitar alimentos, sino de aprender a comerlos para que no te hagan daño ni te engorden
Sin alimentos buenos, ni malos, ¿cómo podemos saber cuáles son los que más nos convienen?
Pues mira, según nuestra constitución, y esto es algo muy propio de la medicina china y del taoísmo. Existen dos tipos principales: la constitución Yin (YIN) y la constitución Yang (YANG). La mayoría de las personas tienen una constitución Yin. Son personas más introvertidas, con un metabolismo más lento, que se enfrían fácilmente y cuyas digestiones también suelen ser más lentas. Si hacen algún exceso con la comida o la bebida, lo notan rápidamente, y su tránsito intestinal tiende a ser irregular, pudiendo oscilar entre la diarrea y el estreñimiento con facilidad. Incluso en su manera de tomar decisiones o de enfrentarse a la vida, necesitan su tiempo. Como la mayoría de las personas son Yin, necesitan alimentos y cocciones más Yang para encontrar equilibrio.
Gemma Hortet
¿Y cuáles son esos alimentos Yang?
Los alimentos Yang son alimentos que aportan calor, como la carne, los pescados, las legumbres, los tubérculos, las algas y los condimentos salados. En cambio, los alimentos Yin incluyen todas las frutas y verduras. Son alimentos fríos, activadores e hidratantes. ¿Significa esto que una persona Yin no debe comer fruta y verdura? No, pero no debería consumirlas en exceso y es mejor que las tome cocinadas, ya que así le sentarán mejor.
¿Qué le dirías a alguien que lleva una vida frenética y desordenada para ayudarle a reconectar consigo mismo?
Pues, antes que nada, que pare, porque es cuestión de tiempo que esta persona se enferme. Tengo a un montón de gente así en consulta. Si no te conectas contigo misma y aprendes quién eres, no puedes saber qué necesitas. Una persona joven tiene potencial, pero a medida que envejecemos, si no hacemos todo este trabajo de autoconocimiento, al final acabaremos enfermando. Y es cuando aparecen la fibromialgia, ese cansancio crónico, la ansiedad y la depresión.


