Muchas personas tienen problemas de autoestima. Ya sea por inseguridades relacionadas con el aspecto físico o con las cualidades que se tienen como persona, la falta de autoestima afecta a todo tipo de gente, ocasionando, en ocasiones, graves problemas de salud mental.
Cambiar la percepción que se tiene de uno mismo no es trabajo de dos días. Probablemente, una mala autoestima se ha cocinado en nuestra mente durante años, por lo que lograr transformar esa imagen tan fea que se tiene de uno mismo por una buena o, por lo menos, más amistosa, puede suponer un gran reto para muchas personas.
Cabe decir que, en algunos casos, lo ideal sería recibir ayuda profesional en terapia. Sin embargo, algunos psicólogos también comparten a través de sus perfiles en redes sociales algunos consejos para mejorar la relación que se tiene con uno mismo.
Así lo ha hecho Andrea, una psicóloga que ha publicado un vídeo en el que explica cuál es la clave para acabar con una mala autoestima. Lo primero que hay que saber, empieza contando la experta, es que “tu mente es una máquina de buscar coherencia y racionalidad”.
Entender esto es clave, según la psicóloga, ya que explica que, si te percibes de forma negativa y te insultas a ti mismo constantemente con comentarios como “soy tonto”, la mente va a ir a buscar información que confirme que eres tonto y “va a rechazar toda la información que entre en conflicto con esa idea que tienes de ti”.
En cambio, añade, si alguien hace un buen comentario sobre nosotros, la mente lo va a rechazar, ya que choca con la percepción tan integrada que tenemos de que somos tontos, explica Andrea, que añade que, en estos casos, buscaremos una justificación como que “ha sido suerte” que hayamos hecho algo bien.
Reacciones en redes
“Es tremendo, muy cierto. Gracias por esas palabras”
Pero, sabiendo esto, ¿qué se debe hacer? A ello responde la psicóloga en el mismo vídeo: “Cambiar esa creencia tan negativa que tienes de ti” repitiéndonos en la mente cualidades positivas sobre nosotros mismos. Hay que cambiar el “soy tonto” por un “soy capaz”, por ejemplo, apunta la experta. Con el tiempo, la mente se acostumbrará a pensar que eres capaz y tenderá a engordar esa idea a partir de nuevas vivencias.

