Todos sabemos que es importante poner límites para nuestro bienestar y salud mental. Una tarea más sencilla de decir que hacer, pues llegado el momento muchos se bloquean y se ven incapaces de hacer valer su opinión y creencias ante los demás.
Poner límites significa dar un paso al frente y hacer saber a los demás no solo cuáles son nuestros sentimientos, sino también qué necesitamos y qué queremos. Sin embargo, muchos cuentan con un pequeño obstáculo: ellos mismos.

Poner límites es fácil de decir, no tanto llevartlo a cabo.
Así lo afirma la psicóloga clínica y neuropsicóloga de Barcelona Alba Cardalda, autora de libros de éxito como Cómo dejar de ser tu peor enemigo o Cómo mandar a la mierda de forma educada, que acudía precisamente a hablar de este tema tan complejo al podcast Tengo un plan, presentado por Sergio Beguería y Juan Domínguez.
“Nos estamos exigiendo mucho desde hace mucho tiempo y esto no es asumible”, empieza explicando la psicóloga. “Nuestro cerebro se va a lo negativo, porque está diseñado para sobrevivir, más que para hacernos felices. De las seis emociones universales -a saber:miedo, enojo, sorpresa, alegría, tristeza y asco-, cuatro son negativas. Solo una está diseñada para tener sensaciones agradables”, señala la psicóloga.

Alba Cardalda, psicóloga clínica y neuropsicóloga.
La especialista insiste: tenemos que tratar de adaptarnos. “Si logramos cambiar y podemos pasar del mecanismo de supervivencia al de adaptación, podremos lograrlo. Nos castigamos constantemente”, insiste. “No se puede alcanzar una meta si uno no tiene una mirada compasiva consigo mismo”. Un sentir que influye no solo en nuestra autoestima y seguridad, sino también en nuestro entorno, que es clave en nuestro bienestar. “La mejor forma de decir es hacer. Debemos ser el ejemplo para las demás personas”, señala Cardalda.
Un entorno al que debemos de cuidar, y para eso la psicóloga tiene hasta un plan. “Tengo una pizarra con el nombre de las personas más importantes de mi vida para no olvidarme de cuidarlas”, revela, contando que les manda un mensaje o habla con ellas cada día para no perder el contacto. “Las relaciones son la base del estado de bienestar.”

Alba Cardalda: “La herramienta clave para conectar con uno mismo es la meditación”.
El problema llega cuando el entorno sobrepasa el espacio personal, que es cuando llega el momento de poner límites, incluso a esas personas con las que mantenemos un contacto más cercano. “Las personas que mantienen relaciones sociales son más felices, pero hay que establecer límites”, insiste la experta.
La “regla de las 3 veces”
Cardalda da un consejo para intentar establecer límites, y es estar atento a lo que ella denomina “la regla de las 3 veces”; un truco para aprender a decir basta para aquellos a los que más les cuesta poner un límite.
“No hay que llegar a que se den tres veces consecutivas un comportamiento que uno no quiere, pues cuando se da se establece una dinámica”, explica la especialista. Si decimos que sí a favores que no nos apetecen o incomodan realmente, nuestro cerebro lo establece como un rol, ya que lo asimila como un “regla” no escrita entre la relación con la persona. Como ejemplo, hacer favores a compañeros de trabajo o sacar la basura en casa.

Cuidado con los favores a compañeros de trabajo.
“Entre compañeros de trabajo o simplemente quién friega los platos en casa. Cuando se pasan esas tres veces, nuestro cerebro lo toma como una ‘injusticia’ y se toma como algo más negativo que si se dice la primera o segunda vez”, señala. “No hay que esperar a esa tercera vez, porque se establece como norma”.