Un estudio de la Universidad de Fudan en Shanghái ha revelado que la actividad física previene diversas enfermedades como la demencia, el accidente cerebrovascular, la ansiedad, la depresión y los trastornos del sueño.
La investigación concluye que quienes practican ejercicio de moderado a vigoroso tienen menor riesgo de desarrollar estos padecimientos.
En contraste, el tiempo prolongado en una posición sedentaria incrementa entre un 5% y un 54% la probabilidad de padecer alguna de estas enfermedades.
“Algunos estudios anteriores se basaron en informes de personas sobre sus propios niveles de actividad. Con nuestra gran cantidad de participantes y el uso de dispositivos que brindan mediciones objetivas de los niveles de actividad, estos resultados tendrán implicaciones para evaluar los factores de riesgo y desarrollar intervenciones para prevenir el desarrollo de estas enfermedades”, explica Wu, uno de los investigadores del estudio.

Una persona mayor realizando estiramientos
Uno de los beneficios más destacados del ejercicio es su capacidad para controlar el peso y prevenir la diabetes tipo 2. La obesidad es un factor de riesgo clave en el desarrollo de esta enfermedad, y el deporte juega un papel esencial en la regulación del azúcar en sangre y la sensibilidad a la insulina.
Otro beneficio fundamental del ejercicio es el fortalecimiento de los huesos y la prevención de la osteoporosis. Deportes de carga como el levantamiento de pesas o el baile aumentan la densidad ósea, disminuyendo el riesgo de fracturas.

Un hombre mayor sentado en el sofá de su casa tiene dolor en la articulación de la rodilla
Además de los beneficios físicos, el deporte también es clave para la salud mental y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
La actividad física regular libera endorfinas, neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés, disminuyendo el riesgo de enfermedades como la depresión y la ansiedad.