En los últimos años, se ha observado en España un aumento de divorcios entre personas mayores de 50 años, un fenómeno conocido como “divorcio gris”. Este cambio refleja transformaciones sociales y culturales, donde factores como la búsqueda de la felicidad, el empoderamiento de la mujer y una mayor esperanza de vida juegan un papel crucial. A medida que las personas alcanzan la madurez, se cuestionan las relaciones a largo plazo, y a veces descubren que no logran satisfacer sus necesidades emocionales o personales, lo que lleva a reconsiderar la convivencia.
Este fenómeno plantea nuevos desafíos, pero también abre oportunidades para una nueva etapa en la vida, libre de las restricciones de una relación que ya no funciona. La abogada Margaret Hauschild Rey, experta en matrimonio, explica la razón de este fenómeno: se busca una mayor independencia emocional y reevaluar los proyectos de vida.
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¿Pero qué implican o qué son realmente los “divorcios grises”? Son las separaciones que se producen cuando una persona, normalmente de 50 o 60 años, que ha estado casada 40 y tantos años, decide romper el compromiso. “Cuando me llegó el primer caso, me dejó pasmada. Que alguien me dijera que no quería estar con esa persona el resto de su vida, que le queda poco de vida y que quiere vivir algo completamente distinto, fue impactante”, confiesa la abogada en el pódcast Tiene Sentido.
Concepto de malentendido y problema comunicativo entre dos personas mayores
Para muchos, especialmente los que han estado casados durante décadas, el llegar a una edad avanzada genera una reflexión profunda sobre la calidad de vida que les queda por vivir. Y tal como explica Hauschild, suelen ser personas con cierta edad que incluso ya han hecho sus propias cuentas y son conscientes de lo que les va a suponer económicamente divorciarse. De esta manera, las separaciones se convierten en una búsqueda de una nueva oportunidad, una etapa que les permita a esas personas disfrutar de nuevas experiencias y de una libertad emocional que quizá antes no se atrevieron a explorar.
La abogada asegura que este fenómeno no solo está relacionado con el deseo de autodescubrirse, también con el cambio de mentalidad de la sociedad, donde la vejez ya no está asociada a la resignación, sino a la posibilidad de disfrutar de un nuevo comienzo.
Acuerdo de divorcio y anillos de boda
En el proceso de divorcio, uno de los aspectos que más dificultades genera son los desacuerdos relacionados con los menores y las pensiones. La abogada recuerda casos en los que, aunque los problemas principales parecían tener poca importancia, como la custodia de una mascota, en realidad provocaron más tensiones. “Los divorcios se atascan principalmente cuando hay menores, por las visitas, o también por las pensiones. Me acuerdo ver a una pareja discutir por ver de quién era el conejo, pero la realidad es que detrás del conejo había más cosas. Se atascó dos meses por la mascota, después de arreglar las vistas, las pensiones…”.
Además, la abogada ha señalado un tema importante en las relaciones más jóvenes: la invasión de la privacidad a través del móvil. Desde su perspectiva profesional, ha subrayado que, penalmente, no es está bien que una persona mire el teléfono de su pareja sin su consentimiento. Según explica, la confianza mutua es fundamental, y si alguien es sorprendido revisando el móvil de su pareja, esto podría usarse en su contra en un proceso legal. “Debes respetar la privacidad de la otra persona, al igual que antes no se podía abrir una carta ajena, ahora los dispositivos tecnológicos deben ser tratados con el mismo respeto”, aclara la abogada. Este enfoque resalta la importancia de mantener límites saludables dentro de las relaciones y proteger la intimidad de ambos miembros.
Razones por las que se rompe un matrimonio
En el mundo de los divorcios, las expectativas de vida en pareja y las cifras sobre los matrimonios que terminan en ruptura suelen ser impactantes. Según la abogada, “lo peor que te puede pasar en el mundo es que alguien fallezca y luego un divorcio”. En su experiencia, de los 74.000 matrimonios que hay en España, la mitad terminarán en divorcio, y una de cada cinco personas se separará en los primeros siete años. Sin embargo, la mayoría de estas personas se vuelve a casar, lo que asegura un flujo constante de trabajo para los abogados. La letrada explica que, en muchas ocasiones, el proceso de divorcio revela lo peor de las personas, mostrando “la maldad en su estado puro”.
Para muchos, especialmente los que han estado casados durante décadas, el llegar a una edad avanzada genera una reflexión profunda sobre la calidad de vida
En cuanto a las causas de los divorcios, Hauschild señala que los problemas de comunicación y los conflictos económicos son los más comunes, advirtiendo que “cuando el dinero sale por la puerta, el amor sale por la ventana”. Además, la creciente influencia de la tecnología juega un papel crucial, con muchos casos originados por malentendidos por culpa de los móviles. “¿Has tenido alguna vez alguien que ha venido al despacho y ha dicho: Me llamó, no se cortó, y yo empecé a oír: Jijiji, jajaja, cariño, que voy camino al aeropuerto?”, explica con humor, pues ese tipo de situaciones deja claro que las relaciones modernas pueden ser complicadas, especialmente cuando la confianza se ve alterada por la tecnología y los secretos.
