La piel es uno de los aspectos, a menudo, más infravalorados de nuestro cuerpo. Solo la capa exterior, la epidermis, permite protegernos de todos los elementos externos que puedan considerarse de cierto peligro, además de producir queratina para impermeabilizarla y fortalecerla. Sin embargo, también puede verse afectada por condiciones como las altas o bajas temperaturas, heridas o sensaciones urticantes provocadas por plantas, como la ortiga.
Un aspecto que la doctora Ana Molina ha querido tratar en profundidad en el podcast El sentido de la vida, presentado por Crisol Tuà Viedma. La dermatóloga ha dedicado unos minutos de su entrevista a hablar de aquellas situaciones en las que la piel nos puede jugar una mala pasada, como por ejemplo la dermatitis atópica. En este sentido, reflexionaba sobre el hecho de que este elemento no puede controlar dos sensaciones al mismo tiempo.
“Siempre digo que la piel es muy tonta, ¿no? Claro, yo lo he visto mucho en consulta cuando vienen los pobres pacientes con dermatitis atópica siempre está el padre, la madre o el primo diciéndole, ‘¡no te rasques, no te rasques!’. Y el pobre, claro, si a ti te pica la piel y alguien te dice no te rasques, lo único que vas a conseguir es que te pongas más nervioso y tengas más ganas de rascarte, ¿no?”, explicaba en profundidad.
“Entonces, uno de los trucos que mejor funciona es recordarnos que la piel es ‘un poco tonta’, en el sentido de que le cuesta transmitir dos sensaciones diferentes a la vez. No es multitasking, como nosotros. Es decir, si a ti la piel te pica, tú le aplicas frío, de repente esa piel empieza a transmitir frío en vez de picor. O si a ti la piel te duele, que esto lo usamos mucho en trasplante capilar, y aplicas vibración, deja de transmitir dolor y transmite vibración”, reflexionaba.

Dermatitis atópica
El frío funciona
Desde su punto de vista, uno de los trucos que se pueden aplicar consiste en dejar un bote de crema enfriándose en la nevera, antes de aplicarla y permitir que actúe sobre la zona afectada. Molina también se pronunció recientemente sobre la hidratación y el envejecimiento, dos conceptos que no están necesariamente conectados entre sí. La colaboradora de Saber Vivir aportó su visión para afrontar de la mejor forma posible esta cuestión.
“Antiguamente, los dermatólogos recomendábamos limpiar la piel e hidratarla. El problema vino cuando comprendimos que la hidratación, como tal, no tiene grandes evidencias científicas contra el envejecimiento más que conseguir una piel bonita y suave. Pero, si tú, a esa hidratante cualquiera, le añades varios antioxidantes, o como digo yo, un coctel molotov con niacinamida o vitamina C, estos son capaces de luchar contra las arrugas y estrés oxidativo”, explicaba.