En el interior del intestino de las personas residen toda una serie de microorganismos, como bacterias, virus y hongos, entre otros, que conforman lo que se denomina microbiota intestinal. Uno de los requisitos esenciales para gozar de buena salud supone que esta se mantenga variada y en equilibrio, tal y como señala la Sociedad Española de Microbiota Probióticos y Prebióticos (SEMiPyP). “La baja diversidad microbiana que caracteriza al estilo de vida occidental parece estar asociada a mayores tasas de enfermedades crónicas no transmisibles”, asegura la institución. Y en ello tienen mucho que ver las dietas ricas en grasas y azúcares refinados, así como baja en fibra.
De modo que todo aquello que se consume a diario afecta directamente al bienestar del intestino. Afortunadamente, existen alimentos que mejoran la microbiota intestinal, por lo que será esencial incorporarlos a las comidas. Algunos de ellos pueden resultar especialmente versátiles y fáciles de incluir en la dieta, como las aceitunas.
Los beneficios de las aceitunas para favorecer la digestión
Uno de los errores relacionados con la alimentación tiene que ver con la falsa creencia de que las aceitunas engordan, cuando, en realidad, resultan beneficiosas para la salud y la función digestiva. El nutricionista Pablo Ojeda, a través de un vídeo publicado en su cuenta en la red social de Instagram, asegura que este fruto ayuda a mejorar la digestión. Esto se debe a su composición en probióticos. El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) explica que estos microorganismos ayudan a mantener una flora intestinal equilibrada y saludable. Esto supondrá una protección para prevenir la aparición de microorganismos patógenos y distintas enfermedades.
Además, los especialistas de COFM aseguran que los probióticos aportan diversos beneficios al organismos, como la mejora de la digestión, el favorecimiento de la absorción de calcio, el mantenimiento del equilibrio de la microbiota intestinal y la regulación del tránsito, entre otros. También serán de ayuda para combatir ciertos problemas digestivos, por ejemplo, la diarrea, señalan. De modo que se aconseja añadir a la alimentación alimentos que sean ricos en probióticos, como las ya mencionadas aceitunas.
Pero ¿todas las aceitunas son buenas para la digestión? Pablo Ojeda apunta la importancia de saber escoger cuáles son las más beneficiosas: “No todas sirven para eso”. Concretamente, hay que optar por aquellas que se fermentan en salmuera, aunque teniendo un detalle clave en cuenta. “Tienen probióticos buenísimos para la microbiota, pero muchas están pasteurizadas”. Esto significa que esos microorganismos beneficiosos no estarán presentes. Para asegurarse de que sí, el especialista aconseja fijarse en tres aspectos.
El primero de ellos tiene que ver con la etiqueta, ya que hay que confirmar que esas aceitunas hayan sido sometidas a un proceso de conservación de fermentación en salmuera. Otro consejo que ofrece el nutricionista es que estén libres de conservantes innecesarios, ni tampoco acidificantes. Y, para finalizar, en el caso de que estén envasadas en un tarro refrigerado, si el líquido muestra un aspecto algo “turbio”, según describe Pablo Ojeda, será un indicativo de la presencia de estos microorganismos positivos para la salud intestinal.