Una semana después de haber ingresado en urgencias por un infarto, el paciente tenía 33 años y no presentaba antecedentes relevantes. No era hipertenso, no tenía colesterol alto y tampoco sufría diabetes. Solo fumaba. Y no cigarrillos. Lo suyo eran los vaper.
El cardiólogo que le atendió, Aurelio Rojas, sigue recordando ese caso. “Era más joven que yo”, comentó en el podcast de Kobho. Desde entonces, no ha dejado de advertir de los riesgos. Aunque muchos no lo crean, los vaper no están tan lejos del tabaco como se quiere pensar.
Severa advertencia
Vapear no es inocuo para la salud
El punto de partida, según explicó, está en la nicotina, una sustancia que definió como “vasoconstrictora y proinflamatoria”. En su opinión, es una de las grandes trampas del cigarrillo electrónico, porque se presenta como algo más inofensivo, pero mantiene todos los efectos nocivos. “Fumar vaper con nicotina te aumenta el riesgo igual que el tabaco”, afirmó durante la conversación. Ese riesgo, añadió, incluye desde enfermedades pulmonares hasta problemas cardiovasculares.
Lejos de ser una ayuda para dejar de fumar, el cardiólogo considera que el vaper actúa como un puente hacia la adicción. “Me preocupa que creo que fuman más incluso”, dijo, al referirse a quienes usan el dispositivo como sustituto del cigarrillo tradicional. El problema se agrava, según remarcó, porque su sabor, su aspecto llamativo y la facilidad para conseguirlo lo convierten en un gancho muy potente, sobre todo entre los menores.
De hecho, el especialista alertó de que “más del 50 % de los jóvenes por debajo de los 18 años los usan”. En su opinión, no se trata de una moda pasajera, sino de un hábito que está calando con rapidez y que ya muestra sus consecuencias en las consultas. Lo que ocurre dentro del cuerpo no es invisible. “Se inflaman los bronquios, se lesionan los alveolos y puede desarrollarse fibrosis o neumonitis”, detalló el experto, que ha visto cómo estos daños se transforman con el tiempo en enfermedades graves como el cáncer.
Para él, la ecuación es simple. Si hay que elegir entre dejar de fumar con vaper o con algo radicalmente distinto, lo tiene claro: “Cámbiate de fumar por comerte una rama de apio”. Y que no se diga que no lo avisó.

