Pepe García, filósofo: “Cuando quieres la vida de otra persona solo ves lo que te gusta, no lo que conlleva”

Estoicismo actual

El popular escritor habla de la envidia y cómo nos dejamos llevar por este sentimiento al ver a los demás sin considerar el todo

Pepe García en 'Lo que tú digas', con Álex Fidalgo.

Pepe García en 'Lo que tú digas', con Álex Fidalgo.

LO QUE TÚ DIGAS con ÁLEX FIDALGO (Captura).

La envidia. Esa emoción negativa que todo el mundo niega tener -y de hacerlo, siempre es “sana”- pero que casi todos padecen. Un sentimiento que aparece cuando se desea algo que otra persona tiene, generando otras emociones como tristeza, insatisfacción, frustración, animadversión, antipatía… Un ferviente deseo de querer algo que otros tienen, incluso su vida, provocando incluso que esos sentimientos se proyecten hacia la persona a la que envidiamos.

Pero… ¿Realmente envidiamos a esa persona? La envidia suele aparecer como una respuesta hacia cuando alguien nos supera en determinadas habilidades, logros, o cualquier otra variable que podamos considerar importante. No obstante, casi nadie considera un pequeño detalle: el proceso que la otra persona ha seguido para conseguir aquello que tiene y deseamos.

Pepe García en 'Lo que tú digas', con Álex Fidalgo.

Pepe García en 'Lo que tú digas', con Álex Fidalgo.

LO QUE TÚ DIGAS con ÁLEX FIDALGO (Captura).

De la envidia a otros y del proceso hablan el podcaster Álex Fidalgo y Pepe García, conocido como “El Estoico” en redes sociales y autor del podcast de estoicismo en español más escuchado del mundo, en Lo que tú digas, donde precisamente habla sobre que no podemos “seleccionar” qué envidiamos y qué no, sino que hay que quedarse con el todo de las personas; lo que es más importante, todos los sacrificios que esa persona ha hecho para llegar hasta ahí.

“Cuando sientas envidia por alguien, ¿te cambiarías 24/7 por esa persona?”, reflexiona el experto, hablando de un extracto de su nuevo libro, Manual para la serenidad (Plataforma Editorial), al que hace referencia Fidalgo en el que habla de la envidia. “Cristiano Ronaldo, por ejemplo. Ese tío lleva 40 años haciendo 1.000 abdominales al día. ¿Tú los harías?”, propone.

Pepe García en 'Lo que tú digas', con Álex Fidalgo.

Pepe García en 'Lo que tú digas', con Álex Fidalgo.

LO QUE TÚ DIGAS con ÁLEX FIDALGO (Captura).

“Mucha gente dice: ‘Él ha tenido que pagar ese precio’. Bueno, entonces… No lo envidias. Si lo envidias, lo criticas y tal, piensa: ¿Tú te cambiarías 24/7 por él? Cuando quieres la vida de otra persona solo ves lo que te gusta, pero no lo que conlleva. Cambiarte 24/7 por alguien. Yo no me cambiaría por Cristiano ni harto de vino, por mucho dinero o por muchos millones”, asegura. “Ni por ninguna estrella de cine. Ahora mismo, no creo que me cambiaría por nadie”.

Según García, este sería el estado ideal, pero a pesar de ser una pregunta complicada, casi nadie cambiaría su vida por la de otra persona. Como dice Fidalgo cuando se le plantea la pregunta, “no conocemos el ‘pack completo’ de nadie, pero entiende que la envidia sea la más humana de las emociones”.

¿En qué momento de tu vida vas a decir 'ya lo tengo todo'? En ninguno. Pero pensamos que lo hay

Pepe García

El experto insiste en que la envidia requiere un gran trabajo personal. “Es un juego infinito. Nunca va a llegar un momento en el que tú te sientas realmente ‘mejor que todo el mundo’ y feliz”, asegura. 

“Siempre habrá alguien que lo haga mejor que tú, pero se aplica a todo. Si tienes envidia de otro, te pones en situación de inferioridad y eso es una receta segura para el fracaso y la infelicidad”, insiste.

Para tratar de superar este estado, solo se puede lograr con esfuerzo y confianza en las capacidades de uno mismo; y lo que es más importante: hacer autocrítica, mirar en el interior y saber que nosotros, como personas, también tenemos valor. 

“La cura de eso es ser muy honesto contigo mismo, darte cuenta y tener el coraje de que te estás poniendo voluntariamente por debajo de alguien en algún aspecto de tu vida -algo que no nos suele agradar- y renunciar a querer llegar a algún sitio. Tenemos que ver si las cosas que hacemos nos hacen más felices y seguir por ese camino”.

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