Hoy en día, es raro no encontrar a alguien que no tenga algún dispositivo en la mano. Da igual dónde estés, porque solo hace falta alzar la vista y mirar alrededor para ver utilizando su teléfono y no precisamente para hacer llamadas.
El teléfono ha pasado de ser un dispositivo para contactar con alguien por llamada a ser un compañero inseparable, a nuestro lado prácticamente las 24 horas del día. El problema es que, tal y como advierten los expertos, el paso entre tener un dispositivo que nos ayuda a hacer las cosas y tener la necesidad de estar constantemente utilizándolo es muy pequeño. De hecho, cada vez hay más casos de un nuevo trastornos al que los especialistas ya han puesto nombre: nomofobia, el miedo irracional a estar sin teléfono móvil.

Cada vez hay niños más pequeños con móvil.
Ha pasado más de una década desde que se acuñó el término, y la preocupación por el uso de pantallas va en aumento. Los especialistas médicos en trastornos de salud mental advierten que esto afecta a niños y jóvenes, que ya están recurriendo a las pantallas como método para insensibilizarse cuando no saben cómo gestionar sus emociones.
Yoar Corrés, psiquiatra infantojuvenil en el Hospital de El Escorial, en Madrid, llama la atención en su aparición en el podcast La Hoguera, con Víctor Téllez, sobre esta nueva problemática.

Yoar Corres, psiquiatra especializado en salud mental infantojuvenil, con el coach Víctor Téllez.
“Tengo pacientes que me dicen: ‘Me he propuesto ir al gimnasio’, pero vemos que no es lo mismo decirlo que tener motivación. Desean un montón hacerlo, pero no pasa. Y cuando no pasa, se meten un momento en Instagram. En ese momento pierden de vista los momentos de frustración, el estrés y ese ‘no valgo’, que los calman metiéndose en redes sociales”.
El especialista cuenta que este gesto lo hacemos de forma automática, incluso trabajando. “Sabemos que no hay nada, pero nos metemos muchas veces”, dice, asegurando que “bloqueamos” la experiencia porque ponemos el piloto automático. “Hoy en día tenemos una adicción , que se cataloga como una ‘epidemia silenciosa’. La gente pasa más tiempo delante de las pantallas que con cualquier otra cosa”, advierte el psiquiatra, a lo que Téllez admitió estar “aterrado” porque le estaba “definiendo de arriba abajo”.

Cada vez hay más niños en móvil.
“El problema aquí es que, respecto a otras drogas, es que tienes un juicio social. El alcohol está normalizado y hay un punto de juicio de la sociedad. En las pantallas no. Está normalizadísimo sacar el móvil. ¿Cómo diferencias utilizar el móvil del uso laboral del uso recreativo?”, se pregunta Corrés.
Tal y como señala el experto, a diferencia de adicciones como la ludopatía o el alcoholismo, la adicción al móvil se suele presentar en niños de incluso 10 u 11 años, una edad a la que muchos ya tienen su propio móvil o usan con frecuencia el de sus padres. Aunque es muy útil para comunicarse, la obsesión es peligrosa al desconectarlo completamente de su entorno y aumentando su desconfianza, miedo, frustración, baja autoestima, problemas de atención y memoria o desarrollando conductas incontrolables.

Yoar Corres es psiquiatra en el Hospital de El Escorial (Madrid). En sus terapias combina lo mejor de la psiquiatría occidental con enfoques innovadores.
Cuando el uso de dispositivos se vuelve obsesivo, lo mejor es contactar con un especialista. Con diferentes técnicas, los expertos pueden ayudar a aumentar la seguridad, autocontrol y confianza, sin tener que recurrir al móvil como punto de apoyo.