Carmen Pérez, psicóloga: “Si llueve en Semana Santa, no puedes ponerte en modo dramático si no sale el paso, la madurez está en aceptar lo que no controlamos”

BIENESTAR

La psicóloga invita a soltar el dramatismo y abrazar la Semana Santa tal y como venga, con o sin paso, recordando que el valor de estos días no depende del tiempo, sino de cómo los vivimo

Carmen Pérez, psicóloga

Carmen Pérez, psicóloga

Semana Santa puede ser muchas cosas: tradición, reencuentros, procesiones, días libres o, simplemente, una buena excusa para parar un poco. Para muchos, también es un momento muy esperado que se prepara con mimo durante todo el año. Por eso, cuando el cielo amenaza con lluvia, el ánimo también se nubla. ¿Qué pasa si no sale el paso? ¿Cómo se gestiona esa mezcla de decepción y resignación cuando algo tan esperado se queda guardado en casa?

De todo esto habla la psicóloga Carmen Pérez Sausal, que como cada lunes se asoma a las ondas de Onda Regional de Murcia para ponerle palabras sencillas a cuestiones complejas, y esta vez toca hablar de la frustración, de la madurez y de cómo afrontar aquello que no podemos controlar, como la lluvia en plena Semana Santa. “Te puede dar pena, claro, pero no podemos ponernos en modo dramático si no sale el paso. La madurez está en aceptar lo que no controlamos”.

Hay que entender que hay cosas que, simplemente, no dependen de nosotros

Carmen Pérez SausalPsicóloga
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Un nazareno de la Hermandad de La Pasión se cubría en 2024 con un paraguas el Miércoles Santo a la espera de la suspensión por lluvia de su estación de penitencia 

Rafa Alcaide / EFE

Y es que la lluvia en Semana Santa no es solo agua; para muchos, es una amenaza emocional. Después de meses, incluso un año entero de preparación, no poder sacar un paso a la calle puede vivirse como una auténtica frustración. Carmen Pérez lo entiende y lo valida, pero también lo pone en perspectiva. “Claro que da pena, es una ilusión que se ha cultivado con mimo. Pero no podemos ponernos en modo dramático si no sale el paso”, dice con firmeza. Lo que propone es mirar más allá del resultado: entender que hay cosas que, simplemente, no dependen de nosotros.

Aceptar eso es parte de una madurez emocional que, según la psicóloga, nos puede aliviar incluso en los momentos más grises. “Ojalá todos los proyectos florecieran, como florecen las calles en primavera, pero no siempre sucede. Y ahí es donde realmente aprendemos: en cómo gestionamos lo que escapa a nuestro control”.

Ojalá todos los proyectos florecieran, como florecen las calles en primavera, pero no siempre sucede

Carmen Pérez SausalPsicóloga

La psicóloga propone cambiar la perspectiva, el foco, no pensar en lo que no ha ocurrido y sí en lo que se ha vivido. Es decir, pensar en la dedicación, la emoción, el trabajo que has compartido durante meses con tus compañeros… porque todo eso va a seguir ahí, aunque la lluvia impida que se vea por la calle. “Lo bonito es el proceso”, insiste Carmen. Y si el paso no puede salir a la calle, todavía quedarán formas de honrarlo. Verlo desde casa, reunirse con quienes comparten tu pasión o incluso aprovechar el momento de “frustración” para unirse aún más. 

En definitiva, darle otro significado a lo que parece una pérdida. “No depende de nosotros que salga o no, pero sí depende de nosotros cómo lo vivimos. Y es ahí donde la salud mental tiene mucho que decir: en enseñar a soltar, a adaptarse y a vivir el presente con menos exigencias y más comprensión. A veces no es cuestión de salir a la calle, sino de permitirnos estar tristes sin quedarnos atrapados en ello”.

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La lluvia obligó en 2024 a suspender la procesión de la Hermandad de Caballeros del Santo Sepulcro y Santísimo Cristo del Amor en Teruel. Celebraron un Via Crucis en el interior de la Iglesia de San Andrés.

Antonio García / EFE

Hay que aprovechar esta Semana Santa con procesiones, o sin ellas, para mirar un poco hacia adentro

Carmen Pérez SausalPsicóloga

Y siguiendo esa misma línea de aceptación y reflexión, Carmen también ha aprovechado para lanzar una propuesta: aprovechar esta Semana Santa con procesiones, o sin ellas, para mirar un poco hacia adentro. “Entrar hacia nuestro interior no debe ser para maltratarnos, sino para reconstruirnos”, señala. Porque nos juzgamos a nosotros mismos con mucha dureza, nos castigamos por las cosas que no hemos hecho bien, por lo que nos sale mal o por las cosas que simplemente no controlamos. Pero esa nunca es la vía.

Debemos ser más amables, más realistas. “Deberíamos ser como el Google Maps. Si te equivocas, recalcula, pero no te llama tonto, no te castiga”, afirma Carmen. A veces basta con parar, respirar, poner un incienso, “como quien deja salir el humo de dentro”. Y, si hace falta pedir perdón, pedirlo. Si hace falta pedir ayuda, pedirla. “No somos los mismos que hace un año, ni que hace cinco. Podemos intentarlo otra vez, desde otro lugar. Y si en medio de todo esto hay un rato para el ocio, para compartir una peli con los hijos o para caminar sin prisa, también es válido”. 

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