La farmacéutica Elena Monje ha querido abordar una de las dudas más comunes entre los pacientes que reciben suplementos de vitamina D: ¿es mejor una dosis diaria o una mensual?
Su explicación, amparada por la ciencia busca aclarar por qué, a pesar de que las dosis mensuales o quincenales son comunes, no siempre son la opción más beneficiosa.
“La vitamina D es una vitamina liposoluble, lo que significa que se almacena en el tejido graso del cuerpo y se va liberando gradualmente a la sangre”, explicó. Esta característica permite que una dosis elevada, administrada de forma mensual o quincenal, pueda mantener los niveles durante un tiempo prolongado.
Además, la experta señaló que este tipo de pautas también tienen en cuenta la realidad de muchos pacientes: “Mejora la adherencia al tratamiento, ya que hay algunos pacientes que recuerdan mejor una única toma al mes, que una toma diaria”.
Sin embargo, advirtió que esto no significa que esa modalidad sea la más efectiva. “¿Es mejor tomar una dosis alta una vez al mes, en vez de tomar dosis pequeñas cada día? Pues no”, enfatizó.
Elena destacó que “la suplementación diaria es la manera más efectiva para mantener estables los niveles en sangre y así optimizar sus beneficios”.
Si bien obtenemos la vitamina D de la exposición solar y ciertos alimentos, a veces es preciso recurrir a la suplementación
Según explicó, la toma diaria permite generar una curva de absorción más uniforme, evitando las fluctuaciones bruscas que pueden generarse con las dosis espaciadas.
La farmacéutica concluyó advirtiendo sobre los riesgos de los picos y bajadas bruscas en los niveles de vitamina D en sangre: “Cuando se administra una dosis mensual o quincenal se produce un pico de vitamina D en sangre que va disminuyendo progresivamente hasta la siguiente toma. Estos cambios tan grandes pueden afectar a la eficacia de la vitamina D y dar más problemas a nivel óseo”.



