Enfrentarse a nuevos desafíos, cambios, experiencias a las que uno parece dispuesto… pero que nunca terminan de llegar. Situaciones que quizá sean incluso necesarias, pero que llegan a sobrepasar por el miedo que producen solo por pensar en lo que podría pasar si se osa salir de la zona de confort.
Sentir miedo y dudas es totalmente normal cuando uno se enfrenta a un cambio, pero esto puede resultar muy positivo. Como indica el médico y experto en desarrollo personal Mario Alonso Puig, da mucho miedo abandonar lo que conoces, pero dar el paso está lleno de recompensas.

Mario Alonso Puig, médico cirujano: “Mientras estemos razonablemente cómodos en nuestra zona familiar, no encontraremos la fuerza para salir de ahí”,
“Da mucho miedo abandonar la zona de confort, es como si hubiéramos vivido siempre en una caverna y, de repente, viéramos un mundo fuera de ella. Vemos una luz que ya nos asusta, vemos unos colores que nos desconciertan”, reflexiona el que fuese cirujano especializado en el aparato digestivo y hoy uno de los expertos en desarrollo personal más conocidos del panorama nacional.
Para Puig, las personas tienen la mala costumbre de dejarse atrapar por los miedos y no dejarse vencer. Sin embargo, sólo suele haber dos situaciones por las que las personas salen de su zona de confort.

Salir de la zona de confort es una decisión completamente personal
“Cuando estamos hartos de estar hartos o cuando alguien o algo nos hace intuir que hay un mundo que nos estamos perdiendo”, enumera el experto. “En ese momento, sientes una inspiración muy profunda a explorar, a descubrir, a investigar, a encontrar”.
Dos momentos que solo llegan cuando la persona está al límite. “Mientras estemos razonablemente cómodos en nuestra zona familiar, no encontraremos la fuerza ni la motivación para salir de ahí y encontrar un terreno nuevo.”, lamenta.
Salir de la zona de confort... Según tus límites
Como bien ha compartido el experto en diferentes ocasiones, es importante salir de esta zona de confort para aprender y conseguir superar los propios límites. Es relevante enfrentar nuevos retos, superar miedos e inseguridades, tolerar la incertidumbre y no aferrarnos a viejos hábitos si queremos lograr el crecimiento personal.
Para ello, solo queda coger las riendas y dar un paso adelante. Eso sí, sopesando los riesgos y beneficios que este paso conlleva, pues tomar decisiones precipitadas podría llevar a arrepentirse en el corto plazo. A fin de cuentas, nuestra zona de confort es precisamente eso, un lugar donde sentirse seguro, adecuado a las características de cada uno y su nivel de tolerancia del estrés; cada persona tiene sus propias limitaciones y eso no es algo negativo.