La educación de los hijos es uno de los temas que más preocupan a los padres, especialmente cuando son primerizos. Cuando una persona decide tener un hijo hay mucho desconocimiento con respecto a la educación que debe darle, pues es algo que va a marcar por completo su vida futura.
Por eso, muchos progenitores buscan referentes a través de las redes sociales o incluso en otros padres con más experiencia, para así poder proporcionarles a sus hijos todas las herramientas necesarias. Como dice el refrán, ‘para ser el mejor hay que aprender de los mejores’, algo que puede aplicarse en muchos ámbitos, pero en este caso especialmente.
En este sentido, uno de los mejores referentes posibles es el pediatra Carlos González, que en los últimos años se ha convertido en una importante figura para los padres por sus consejos sobre crianza, tanto a través de sus redes sociales como de sus libros. Hoy nos recibe en una entrevista para que podamos aprender un poco más sobre el perdón en los hijos.
Si le enseñamos a pedir perdón cuando él opina que no ha hecho nada malo, en realidad lo que le estamos enseñando es a mentir
González explica que, aunque muchos padres tienen muy interiorizado que deben obligar a sus hijos a pedir perdón cuando hacen algo mal, esto no es del todo correcto. El pediatra asegura que, en muchos casos, el niño no cree que tenga la culpa cuando, por ejemplo, empuja a un compañero de clase que le había quitado su juguete anteriormente. Es evidente que, aunque no tiene razón y no debe hacer eso, él en su interior cree que sí, porque piensa que las culpas son del compañero. Entonces, obligarle a pedirle perdón si no lo siente ni lo piensa es, en realidad, hacer que mienta:

González asegura que no hay que obligar a los niños a pedir perdón
“Pedir perdón cuando tú piensas que no has hecho nada malo no es lógico. Y el niño, lógicamente, no querrá pedir perdón, porque cree firmemente que la culpa ha sido del otro. Entonces, si le enseñamos a pedir perdón cuando él opina que no ha hecho nada malo, en realidad lo que le estamos enseñando es a mentir”, asegura González.
Otra problemática existente, según el pediatra, es que, muchos niños, aun siendo conscientes de que han hecho algo mal, no quieren pedir perdón simplemente por lo avergonzados que se sienten. A veces los niños están tan avergonzados que no quieren ni hablar del tema y los adultos, en muchas ocasiones, lo interpretamos mal e intentamos insistir cuando no deberíamos:
“Algunos padres lo ven como si fuera una caída en los abismos del delito, y yo creo que no es así. Lo que pasa es que está tan avergonzado que está en plan ‘trágame tierra’, sin querer jugar a nada, ni querer hablar con nadie, ni sonreír, ni hacer nada, pero no está enfadado con los demás, está enfadado consigo mismo”, explica el pediatra.
Si yo quiero pedir perdón, no puedo fracasar. En cambio, si le digo que pida perdón a él y no lo hace, pues en cierta manera sí que he fracasado
Además, González asegura que, además de que, sin querer, puedes estar enseñándole al niño a mentir, como decíamos, la otra problemática es que no es buena idea dar una orden cuyo cumplimiento no puedas garantizar: “Si le ordenas que se lave las manos y no lo hace, en caso de necesidad, puedes coger al niño, llevarlo al lavabo y lavarle las manos. Ahora bien, si le dices que pida perdón y no lo hace, ¿qué puedes hacer?”, pregunta González.

El pediatra asegura que no hay que darles a los niños una orden cuyo cumplimiento no puedas garantizar
Por eso, él asegura que en muchas circunstancias lo mejor es que sean los propios padres los que pidan perdón en lugar de los niños. De esta manera, el pequeño tomará ejemplo si ve que cuando se pelea en el parque es su padre quien va a separarlo, pedirle perdón al otro niño por su actitud y aprender así lo que debe hacer cuando surja otro conflicto.
“Si yo quiero pedir perdón, no puedo fracasar. En cambio, si le digo que pida perdón a él y no lo hace, pues en cierta manera sí que he fracasado. Por eso es importante no hacerlo de esta forma”, sentencia González.