Desde 2020, España ha sido escenario de una cadena de acontecimientos que han sacudido los cimientos de nuestra vida cotidiana y han reconfigurado por completo el concepto de normalidad. La pandemia de la COVID-19, que paralizó el mundo; las DANAs, cuya fuerza descomunal arrasó pueblos y ciudades; o el apagón histórico que nos sumió en la oscuridad —literal y simbólicamente—, son solo algunos de los capítulos que ya forman parte de nuestra memoria colectiva. Y ahora, con 2025 apenas asomando la cabeza, parecía que el nuevo año no quería quedarse fuera de esta lista. Lo que ocurrió ayer en nuestro país no es solo un episodio más: es un recordatorio brutal de nuestra vulnerabilidad. Un reflejo, casi poético, de lo frágiles que podemos ser frente a fuerzas que escapan a todo control. Y, tal vez, una llamada urgente a replantearnos cómo habitamos el mundo.

Apagón en Barcelona
Entre las múltiples preocupaciones que surgieron ayer, una de las más urgentes fue la de los alimentos: ¿qué hacer con ellos? ¿Tirarlos, arriesgarse a consumirlos, o esperar una solución? En medio del caos, la nutricionista Sandra Moñino, como siempre, ha acudido al rescate. Con su habitual claridad, ha ofrecido en sus redes sociales pautas sobre cómo manejar los productos en riesgo, tranquilizando a quienes se encontraban en duda sobre la seguridad de lo que aún quedaba en sus despensas.
“Si teníamos carne, pescados frescos, yogures o quesos frescos, y han pasado más de cuatro o cinco horas, deberíamos eliminarlos o tirarlos, porque sí que hay riesgo de proliferación de bacterias, proliferación de hongos y no tenemos por qué jugárnosla. Sí que es cierto que si queréis revisar las carnes, los pescados, el olor, la textura, que no estén las carnes pegajosas, que no tengan bordes marrones, que el pescado no huela mucho a mar, que los quesos no lleven nada de moho… Pero es que aunque no se vea a simple vista, puede haber algún tipo de microorganismo presente en el alimento. Si te la quieres jugar, te la juegas, pero no deberíamos”, explica Moñino al comienzo del vídeo.
Las frutas que estaban partidas, como la piña o la sandía, no sería recomendable consumirlas
Uno de los alimentos más frecuentes en las neveras son los huevos, pero ¿qué pasa con ellos? Aunque en los supermercados se encuentren fuera de las zonas frigoríficas, en casa es importante mantenerlos dentro. Sin embargo, es una alimento que puede aguantar durante más tiempo sin su temperatura ideal. “Yo, de todas formas, recomiendo, que si han pasado más de cinco horas, no consumirlos, pero es mi recomendación como nutricionista”, apunta Sandra.
En el caso de los quesos curados, como por ejemplo el parmesano, que no lleva tanta cantidad de agua y no están envasados en lonchas, pueden durar algo más en la nevera si se mantuvo cerrada. “Tendríamos que revisar que el queso esté en buen estado, que huela bien, que el sabor también esté bien, pero que lo pruebe una persona menos vulnerable. Yo que estoy embarazada, pues si puedo evitar esas cosas, o niños menores de cinco años que tiene el sistema inmunitario más débil o personas mayores a partir de 75 años, que también tiene sistema inmunitario un poquito más debilitado, entonces bueno, si podemos evitar consumir ese tipo de alimentos, pues muchísimo mejor”.

Es importante tener cuidado con los alimentos tras el apagón que se vivió ayer en España
Una pequeña excepción podrían ser las frutas y verduras, que normalmente pueden aguantar mejor. Hay que poner especial atención a la fruta más vulnerable, como las fresas o frambuesas, y si tienen algo de moho tirarlas. “Además, las frutas que estaban partidas, como la piña o la sandía, no sería recomendable consumirlas”.
Qué hacer con los alimentos congelados
Con respecto a los alimentos congelados, la nutricionista arroja buenas noticias: si tenías el congelador lleno, los alimentos dentro pueden durar unas 48 horas, y si lo tenías medio lleno al rededor de 24. “El congelador sí es un poco más seguro, aunque hay que vigilar la potencia de nuestro congelador, ya que puede ocurrir que están cristalizados, y si es el caso, podemos mantenerlos en el congelador sin necesidad de consumirlos rápidamente”, apunta Moñino
Por tanto, tras el apagón vivido ayer en España, es fundamental mirar con cautela los alimentos. Se recomienda revisar detenidamente cada producto, verificando que esté en buen estado y que no haya signos evidentes de alteración. Si es posible, es aconsejable probar una pequeña cantidad de ciertos alimentos, siempre prestando atención a cualquier cambio en su sabor, textura u olor. En cualquier caso, si existe alguna duda sobre la seguridad de los productos, lo más prudente es no consumirlos.