¿Alguna vez alguien te ha soltado un comentario con veneno y te has quedado en blanco, sin saber qué responder? Patri González, experta en mindfulness y gestión emocional, lo tiene claro: aprender a protegerte de estos ataques sutiles pero hirientes no solo es una cuestión de autoestima, sino de salud mental.
En uno de sus vídeos de TikTok (@bypatrigonzalez), Patri explica un recurso muy sencillo para dejar de comerse “el veneno de nadie” y recuperar el control en este tipo de situaciones tan comunes como invisibles.
@bypatrigonzalez Este truco no solo te protege de quien quiere hacerte daño, también te ayuda a frenar uno de los grandes generadores de estrés que nadie está nombrando: las palabras que tragamos en silencio. Sígueme para más herramientas que te ayuden a entender y reducir el estrés de verdad Únete al grupo gratuito Tranquilitos SA desde el enlace de la bio ¡Allí comparto prácticas, reflexiones y apoyo cada semana! #gestionemocional #mindfulness #estrés #mentesana #bienestaremocional #resiliencia #autocuidado #psicologíaemocional #saludmentalimporta #trucosmentales #concienciaemocional #stopestrés ♬ sonido original - by patri gonzalez
“Si alguien te suelta una pullita para hacerte sentir pequeño y te quedas en blanco, te voy a dar este truco para que no vuelvas a comerte el veneno de nadie”, comienza diciendo.
Respira y redirige
Cómo neutralizar la pulla
El primer paso es frenar el impulso de reaccionar y, en su lugar, hacer algo mucho más efectivo: pedir que repita lo que ha dicho. “Respira y con calma mírale y dile: ‘¿Puedes repetir lo que has dicho?’ o ‘repítelo por favor, que no te he escuchado bien’”, propone. La clave, explica Patri, no es ponerse a la defensiva, sino quitarle el premio inmediato al agresor: “Así le quitas la dopamina inmediata que buscaba al ver tu reacción”.
Una vez que la persona ha repetido o se ha echado atrás, viene el segundo paso. Y es tan simple como demoledor: “¿Esto lo has dicho para hacerme daño o para avergonzarme?”
No respondas, no expliques, no le des el combustible emocional que va buscando. No es tu carga”
“Le acabas de poner un espejo delante”, dice Patri. “Y lo más probable es que diga que era una broma, que no era para tanto, o incluso que te eche la culpa a ti de que estás exagerando”.
Y en ese punto, no hay que entrar al trapo. “Ante eso: silencio. No respondas, no justifiques, no expliques. No le des el combustible emocional que va buscando. No es tu carga, déjasela a quien la lanzó”, sentencia la experta.
Para Patri, estas situaciones no son tan inocuas como a veces se quiere hacer creer. Muy al contrario, dejan huella emocional profunda. “Muchos viven cargados con este tipo de situaciones a diario y luego se preguntan: ¿por qué me siento así si no me pasa nada grave? Pues esto sí es grave, porque cada microhumillación, cada desprecio, cada palabra no contestada se va quedando dentro y el cuerpo lo guarda. Y eso también es estrés”.
En un contexto social que a menudo romantiza el aguante y la frialdad emocional como fortalezas, González lanza un recordatorio clave: “No es que seas débil, es que has aprendido a callar cuando en realidad necesitabas cuidarte”.

