Aarón Fernández del Olmo ha sido uno de los recientes invitados al espacio Aprendemos Juntos de BBVA. Durante su intervención, el neuropsicólogo clínico y divulgador especializado en daño cerebral y enfermedades neurodegenerativas hablaba sobre el funcionamiento de la memoria y de cómo el cerebro modifica esas vivencias según las emociones y el estado actual de cada persona.
El autor del libro El cerebro es un cabrón, donde aborda con humor y profundidad las paradojas de la mente, aseguraba en el programa que nuestros recuerdos no son tan reales como creemos. A través de una breve explicación, el neuropsicólogo contaba a los presentes la diferencia que hay entre nuestra memoria y una memoria USB.
''Seguro que todos tenéis un pendrive o un disco duro. Y sabéis que, cuando queréis grabar una foto, la cogéis, la arrastráis del ordenador y la metéis en el disco duro. Y cuando la sacais no hay ningún cambio. Lo llaman memoria USB. Pues nuestra memoria no funciona así'', aseguraba el experto.
Tal y como explicaba, cuando introducimos un recuerdo en nuestra memoria, lo metemos con cierta distorsión. Y cuando lo sacamos, lo sacamos también un poco distorsionado. ''La memoria es un conjunto de procesos en el cual nosotros vamos a codificar la información del entorno, vamos a darle forma en basa también a nuestro marco mental, a nuestras experiencias, a nuestro conocimiento. De manera que una misma situación no va a ser perciba igual por dos personas distintas'', detallaba.

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Según el neuropsicólogo, que dos personas no perciban igual un mismo recuerdo es ya una distorsión. ''Y a eso hay que añadir que cuando recuperamos un recuerdo lo hacemos desde el momento en el que estamos ahora y no desde el momento en el que lo almacenamos. Por lo que podemos tener cierta propensión a pensar que la información que tenemos ahora la teníamos cuando ocurrió ese suceso'', aclaraba.
En ese sentido, el especialista recordaba que nuestra memoria no tiene la misma nitidez que un disco duro ya que en nuestra memoria hay mucha sugestión. ''Hasta el punto de que ciertos recuerdos no hayan ocurrido y puedan ser plantados de alguna manera por una cantidad de información que nos haga pensar que eso ha ocurrido'', recalcaba.
¿El motivo? La memoria sigue construyéndose y formándose para encajar en nuestros recuerdos y nuestro conocimiento. ''Es un diálogo entre áreas cerebrales que intentan encajar ese recuerdo en tu conocimiento. Lo van moldeando hasta que forma parte de tu red de conocimiento. Pero en ese diálogo, se distorsiona'', concluía.