Se habla mucho de la importancia de aprender a poner límites, sin embargo, es algo que resulta muy complicado para muchos. Y es que hay muchas personas acostumbradas a poner siempre por delante las necesidades de los demás antes que las suyas.
Este tipo de personas también suelen pasarlo muy mal cuando tienen que decir que no a cualquier cosa, ya sea un favor que alguien les ha pedido o simplemente decir que no les apetece acudir a una quedada improvisada.
Aprender a poner límites no es algo que se logre de la noche a la mañana. Sin embargo, sí que se pueden ir haciendo pequeños pasos para lograrlo. Así lo afirma el psicólogo Oriol Garcia en una de sus publicaciones en redes sociales.
En el vídeo, el terapeuta habla sobre las personas a las que les sabe muy mal tener que decir que no a cualquier cosa. Pone un ejemplo, hablando como una persona a quien le cuesta poner límites: “Cuando me saqué el carnet de conducir hace cinco años, antes de quedar con los amigos, los pasaba a buscar uno por uno por casa”, explica.
“Pero han pasado cinco años. Ya no tengo por qué hacerlo. Todos tienen ya carnet”, apunta. Sin embargo, explica que, a la hora de imaginarse en la situación de comunicar a sus amigos que ya no tiene por qué pasarles a buscar y que pueden hacerlo ellos, sin saber cómo reaccionarán, le da miedo y termina haciéndolo de nuevo para evitar el conflicto.
Reacciones en redes
“Me cuesta muchísimo decir que no, pero tienes toda la razón”
“Pero si lo analizamos en profundidad, aquí hay un problema de base: poca confianza y poca autoestima”, apunta Garcia. E invita a las personas que sean así que se pregunten qué pasaría si fuera al revés; si fuera un amigo quien les dijera que lleva tiempo yendo a buscarles y que ahora podrían hacerlo los demás: “Seguramente dirías: 'Tiene razón' y aceptarías sin problemas”, apunta el psicólogo, que anima a que se vayan poniendo límites pequeños y se vaya cambiando esta forma de ser de manera progresiva.

