El rostro de la ansiedad tiene muchas formas, y Astrid Alvat lo conoce bien. Psicóloga de formación, hipnoterapeuta y coach emocional, lleva años acompañando a personas que viven atrapadas en un bucle de pensamientos negativos y síntomas físicos persistentes. En uno de sus vídeos de TikTok (@astridsalvatca), lanza una advertencia tan clara como directa: “El problema no es sentir ansiedad, es dejar de vivir por ella mientras te destruye por dentro cada día”.
Alvat traza una línea precisa entre la ansiedad puntual y el trastorno de ansiedad generalizado (TAG). La primera, explica, es parte natural de la vida: “Nos pasa a todos. Es una respuesta del cuerpo ante un estímulo concreto: volar en avión, una entrevista, un examen… Produce nerviosismo, dolor de estómago, inquietud. Es incómoda, sí, pero pasajera. Y no es peligrosa”.
El problema empieza cuando ese estado deja de ser circunstancial para instalarse en el día a día: “El trastorno aparece cuando esa ansiedad condiciona completamente tu vida. Cuando dejas de hacer cosas por los síntomas. Cuando no puedes salir con amigos, ni viajar, ni dormir. Cuando vives agobiado constantemente sin saber ni siquiera por qué”.
Ansiedad común vs. ansiedad patológica
Una mente que toma el control
Para Alvat, el TAG no es solo mental: es físico, invasivo y desgastante. “Hablamos de rigidez muscular, insomnio, problemas digestivos, taquicardias... Todo el cuerpo sufre”, señala. Pero lo más frustrante es que la persona suele ser muy consciente de lo que le pasa… y aun así no puede controlarlo.
“Ya has ido al médico, ya sabes que es ansiedad. Pero no puedes evitar los pensamientos intrusivos, ni las obsesiones. No puedes parar. La mente toma el control absoluto. Y si es una mente negativa y destructiva, te está destruyendo a ti por dentro y por fuera”, alerta.
Ahí es donde entra el enfoque que ella defiende: trabajar no solo desde la mente racional, sino desde el subconsciente. “A nivel racional todos sabemos que lo que sentimos es ansiedad. Pero no sirve de nada saberlo si no podemos regularnos. Por eso usamos la hipnosis clínica. Accedemos al nivel más profundo de la mente, donde están grabadas las creencias limitantes, los miedos, los patrones repetidos”.
Con este método, explica, se rebaja la intensidad emocional de los miedos y se reprograman los automatismos internos, ayudando a las personas a recuperar poco a poco la capacidad de disfrutar la vida con más calma.
No puedes vivir bien con una mente que va en tu contra”
La premisa es sencilla, pero potente: “La mente se puede entrenar. Pero no sirve hacerlo solo desde la lógica. Hay que bajar a la raíz. Y eso es un trabajo diario, profundo y consciente”.
Astrid Alvat insiste en que no hay soluciones mágicas, pero sí caminos sostenibles: “La ansiedad no es el enemigo. El enemigo es permitir que lo sea todo. Cuando dejas de vivir por miedo a cómo te vas a sentir, entonces dejas de vivir, y ahí empieza la destrucción”.