Cuando hay que enfrentarse a momentos difíciles, cada persona tiene distintas formas de gestionar sus emociones. Algunas buscan apoyo emocional en sus seres queridos, otras tratan de evadirse del problema distrayéndose con cualquier cosa y, otras, se encierran por completo en sí mismas.
Sobre estas últimas habla la psicóloga Laura Pérez en una reciente publicación en redes sociales. En el vídeo, la experta en salud mental ofrece algunos consejos que este tipo de personas pueden llevar a cabo para conseguir abrirse un poco emocionalmente y dejarse ayudar por su entorno.
Pérez empieza el vídeo con una metáfora: “Saber expresar lo que sientes y que tu vecino te sujete la puerta al pasar tiene mucho que ver”, afirma. “Imagina que vas cargada y que tu vecino te abre la puerta. Y tú le dices: 'No, no, no, de verdad, que no hace falta. Le insistes para que se vaya y deje que se cierre la puerta”, expone la psicóloga.
“¿Le ves algún sentido? No, ¿verdad? Lo normal es que le digas: 'Muchas gracias' y te dejes ayudar”, apunta Laura Pérez, que añade que esto mismo es lo que sucede cuando una persona a quien le cuesta mucho abrirse necesita hablar las cosas con alguien, pero no es capaz de hacerlo, aunque sabe que lo necesita.
La experta en salud mental procede entonces a explicar tres consejos para lograr abrirse un poco emocionalmente. Explica que lo primero de todo es validar las emociones que se tienen; aceptar que lo que se está sintiendo es importante. “Muchas veces no decimos lo que sentimos porque no lo vemos importante o porque no queremos molestar”, apunta Pérez.
Reacciones en redes
“Cuesta tanto... Pero tienes toda la razón. Me encanta el símil del vecino del portal”
El segundo consejo de esta psicóloga es aceptar la ayuda que los otros te ofrecen: “No eres más vulnerable por expresar lo que sientes. Eres humano. Las emociones son algo que nos hace únicos”, deja claro la experta. La tercera recomendación de Laura Pérez es empezar a darle voz a lo que se tiene en la cabeza, aunque sea de forma desordenada. Pone un ejemplo de cómo empezar a hablar sobre ello: “No tengo las palabras exactas ahora, hay muchas cosas en mi cabeza y me está costando ordenarlas, pero siento que...”, propone la terapeuta.