Cuando una relación de pareja termina, muchas son las personas que pasan una época muy mala emocionalmente. Cada persona es un mundo, así que cada uno gestiona la ruptura de una forma distinta, pero lo que sí que es compartido por la mayoría es el dolor de dejar ir a esa persona que ha significado tanto.
Sobre ello habla el psicólogo Fran Sánchez en una de sus recientes publicaciones en redes sociales. En el vídeo, el experto en salud mental advierte sobre algunas dinámicas en las que se puede 'caer' tras dejar una relación de pareja que asegura que van a dificultar mucho la sanación de la ruptura.
El psicólogo 'arranca' el vídeo así: “Si lo has dejado con tu pareja, no permitas que se den situaciones con tu ex donde os seguís comportando como si aún estuvierais juntos porque esto va a complicar la ruptura muchísimo”, asegura.
Sánchez explica que, tras dejarlo con alguien, es habitual que haya una primera etapa de contacto cero. Sin embargo, apunta que esta, en muchas ocasiones, acaba rompiéndose cuando una de las personas decide enviar un mensaje a su expareja “con un tímido '¿qué tal, cómo lo llevas?”. Entonces se retoma un poco la conversación y, aunque muchas veces no hay intenciones de volver con la persona, el psicólogo pide tener “cuidado” porque “aquí empieza todo”.
“Muchas veces, esa tímida conversación se acaba convirtiendo en un: 'No estamos juntos, pero cuando salimos de fiesta, a veces, nos vamos los dos a casa y tenemos una noche íntima' o 'no estamos juntos, y aunque ha pasado poco desde la ruptura, como nos llevamos bien, seguimos haciendo algunas cosas que hacíamos antes de dejarlo, como ir al cine o seguir apoyándonos en nuestros problemas en vez de buscar otras fuentes de apoyo'”, advierte el psicólogo.
Reacciones en redes
“Me di cuenta tarde de esto”
Y continúa: “Nos decimos a nosotros mismos que esto no significa nada, pero mucho cuidado con estas conductas; generan lo que se conoce como un duelo difuso”. Cuando la ruptura se convierte en difusa, con estos contactos esporádicos como pareja, suele pasar que al menos una de las personas usa esos contactos para mitigar el dolor y otra que lo usa para fomentar la esperanza, lo que termina con una persona que deberá vivir más tarde un duelo todavía más difícil, concluye Fran Sánchez.