Nayra Gómez, enfermera: “Cada vez que te reprimes o callas lo que sientes, desregulas tu microbiota intestinal, aumentas el cortisol y alteras tu digestión y bienestar emocional”

BIENESTAR

La enfermera explica que el sistema digestivo y el sistema nervioso están conectados a través del eje intestino-cerebro, como una “autopista de señales” 

Nayra Gómez

Nayra Gómez, enfermera especialista en inflamación y salud femenina

El intestino es mucho más que un órgano encargado de la digestión; tiene un papel fundamental en la gestión de nuestras emociones. El sistema digestivo y el sistema nervioso están conectados a través del eje intestino-cerebro, una autopista de señales bioquímicas que influye directamente en nuestra salud física y emocional. Cada vez que reprimimos, callamos o ignoramos lo que sentimos, nuestro cuerpo responde activando el sistema de alerta, lo que aumenta el cortisol y altera la microbiota intestinal. 

Esta conexión no solo afecta a cómo procesamos los alimentos, sino también cómo pensamos, cómo dormimos y cómo nos sentimos cada día. Si no prestamos atención a cómo gestionamos nuestras emociones, podemos sobrecargar este sistema y desencadenar desequilibrios.

Mujer

Por tanto, si no cuidamos esa conexión, podemos caer en un círculo vicioso donde el estrés interfiera en nuestra salud física y mental 

Getty Images

La enfermera Nayra Gómez, especialista en inflamación y salud femenina, ha explicado en un video en redes sociales cómo esa conexión entre el sistema nervioso y el digestivo es una autopista de señales donde la microbiota, el nervio vago y las hormonas del estrés juegan un papel clave. “Cada vez que reprimes, te tragas o callas lo que sientes, activas el sistema de alerta de tu cuerpo, y como consecuencia aumenta el cortisol, se desregula tu microbiota intestinal y tu digestión y tu bienestar emocional se alteran”. 

Lo que dice Nayra es que nuestras emociones no gestionadas acaban teniendo un impacto físico directo. Y no es algo que podamos ignorar, ya que influye directamente en cómo procesamos los alimentos, cómo dormimos y cómo nos sentimos a lo largo del día. Por tanto, si no cuidamos esa conexión, podemos caer en un círculo vicioso donde el estrés influye en nuestra salud física y mental. La buena noticia es que hay pasos sencillos y naturales que podemos seguir para restaurar ese equilibrio y comenzar a sentirnos mejor. 

Para empezar a cuidar la conexión entre tu intestino y tu cerebro, es fundamental activar cada día el nervio vago, esa “autopista” de calma que conecta ambas áreas.  “No es complicado: tararea durante 2 o 3 minutos, deja que tu cuerpo se relaje con una exhalación profunda de 5 a 6 veces y, si te atreves, termina tu ducha con 20 segundos de agua fría”. Es una forma sencilla, pero poderosa, de enviar señales de tranquilidad a tu sistema nervioso y restaurar el equilibrio emocional. 

Cuidar de tu microbiota es otro paso clave. “Alimenta tu intestino con lo que realmente necesita: fermentados como kéfir, chucrut o kombucha, que reequilibran esa flora vital; fibra en abundancia —avena, chía, frutas y verduras frescas— que nutre tu cuerpo desde adentro; y, para un extra de bienestar, incorpora caldo de huesos o colágeno en tus comidas”. Y no olvides liberar el cuerpo de lo que guarda en silencio: camina al aire libre por lo menos 10 minutos al día, escribe lo que sientes o simplemente grita (sí, grita) en un lugar seguro. Tu intestino lo agradecerá, y tu mente también.

Relación intestino - comida

La buena noticia es que hay pasos sencillos y naturales que podemos seguir para restaurar ese equilibrio y comenzar a sentirnos mejor 

Getty Images

En definitiva, cuidar la conexión entre el intestino y el cerebro es esencial para lograr un bienestar general del cuerpo. Las emociones no gestionadas no solo afectan a nuestra mente, también alteran nuestra digestión, nuestro sistema inmunológico y, como consecuencia, nuestra calidad de vida. Solo si somos conscientes de esta relación, podemos tomar decisiones que equilibren nuestra microbiota, que reduzcan el estrés y liberen nuestras emociones para sentirnos mejor. Tu salud comienza desde adentro, y lo que haces cada día tiene el poder de transformar tu bienestar.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...