Pilar Sordo, psicóloga: “Vivimos en una sociedad muy poco empática, con una pretensión de felicidad donde la tristeza no tiene espacio”

'Cuando hablar cura'

La especialista en salud mental habla sobre el tabú que reina sobre las emociones negativas, que muchas personas reprimen por el miedo al qué dirán

Pilar Sordo, psicóloga:

Pilar Sordo, psicóloga: “Tenemos una sensación permanente de que existen vidas mejores que las nuestras”

“Cuando hablar cura” - FORMACIÓN PSICOTERAPIA

La tristeza. Para muchos, quizá es la emoción más complicada a la que uno se puede enfrentar. Es natural y necesaria para cualquier ser humano, pues es esencial para poder procesar pérdidas, decepciones o cambios; pero muchas veces resulta difícil de entender o aceptar.

Una tristeza que puede surgir de muchas causas distintas y manifestarse de varias formas, afectando tanto el cuerpo como a la mente. A menudo, también se entrelaza con otras emociones como la culpa, la frustración o la soledad, lo que la hace aún más difícil de manejar y resulte incluso un tabú en nuestra sociedad.

El psiquiatra José Luis Marín con Pilar Sordo, psicóloga.

El psiquiatra José Luis Marín con Pilar Sordo, psicóloga.

“Cuando hablar cura” - FORMACIÓN PSICOTERAPIA

Sobre este tema hablan la psicóloga Pilar Sordo, una de las psicólogas más influyentes de Latinoamérica; y el doctor José Luis Marín, especializado en Psiquiatría y presidente de Formación para la Psicoterapia en su podcast, Cuando hablar cura. Ambos lamentan cómo la sociedad actual ha logrado demonizar una emoción como la tristeza, llegando incluso a convertir este tipo de emociones negativas -pero totalmente normales para el ser humano- en trastornos mentales.

“¿Cómo es posible que no se pueda decir que estamos cansados?”, se pregunta Marín. “En un mundo de productividad, en el que parece que siempre hemos de estar haciendo para poder ser. El dejar de hacer y verbalizar que hacer mucho cansa se vuelve tabú y asociado a la queja. Decir que estás cansado parece que es un problema que tienes tú, y si lo tienes tú, es algo que debe ser diagnosticado”, añade Sordo.

El psiquiatra José Luis Marín con Pilar Sordo, psicóloga.

La psicóloga y escritora chilena Pilar Sordo es una de las voces más influyentes en el mundo de la psicología de habla hispana.

“Cuando hablar cura” - FORMACIÓN PSICOTERAPIA

Según Sordo, en nuestra sociedad se ha llegado al punto en el que solo manifestar que se está cansado agota a quien lo escucha. “Estamos formando una sociedad muy poco empática, donde ‘ojalá me cuentes cosas buenas, pero no mejores que las mías’; donde escuchar situaciones vitales y desafíos genera una resistencia que a mí me preocupa, pues tiene que ver con una pretensión de felicidad que a mí me preocupa porque la tristeza no tiene espacio”.

Para la psicóloga, precisamente la verdadera fortaleza en una persona tiene que ver con la vulnerabilidad y esa tristeza que uno quiere ocultar. Cuando reconocemos esos sentimientos, estos pueden ser una oportunidad de crecimiento y sanación.

Marín: “En esta ‘Happycracia’, el no ser feliz 24 horas es marginal, la sociedad te expulsa. Si no tienes ese estado de alegría permanente, estás enfermo”

“Estás triste o estás cansado. Si lo reconoces, seguro que hay alguien que lo convierte en el síntoma de un trastorno. En los últimos tiempos ha comenzado el fenómeno de la psiquiatrización”, explica Marín. “Lo convertimos en una depresión”.

No mostramos tristeza porque muchas veces la sociedad nos enseña a verla como una debilidad, lo que nos lleva a reprimirla para no parecer vulnerables. “Además, tendemos a asociar la felicidad con la alegría, por lo que siempre tenemos que estar sonriendo para parecer alegres”, lamenta la psicóloga.

El psiquiatra José Luis Marín con Pilar Sordo, psicóloga.

El psiquiatra José Luis Marín con Pilar Sordo, psicóloga.

“Cualquier desfase que tenga de eso, estoy mal y me salí del sistema. Me parece súper peligroso. La tristeza es tan legítima como la alegría. Es una excelente oportunidad de crecimiento personal. Es una emoción que enseña mucho si permito que me traspase y no me bloquee”.

La psicóloga insiste. “Además, entender la alegría como ausencia de ruido y paz, tampoco es válido. Huele a tristeza. Si no estoy en una fiesta, eufórica, disfrutando, no soy feliz y estoy a punto de la depresión. La tranquilidad se ha transformado en un síntoma de tristeza, en lugar de a esa paz a la que debiéramos aspirar”

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