Cuando se ha cometido un error, sea del tipo que sea, es normal sentir culpa. Este sentimiento se potencia especialmente cuando lo sucedido ha herido los sentimientos de otras personas. Y sentir culpa está bien y es necesario, ya que nos hace repasar lo ocurrido y aprender de ello para actuar mejor en situaciones similares que se nos presenten en el futuro.
Sin embargo, no debemos quedarnos demasiado tiempo estancados en ella, ya que de este modo “no sirve para nada”. Así lo asegura la psicóloga Ángela Fernández, que recientemente ha publicado un vídeo en redes sociales sobre cómo estancarse en la culpa puede afectar a la salud mental.
En palabras de la experta, “la culpa no sirve de nada si se enquista”. Fernández explica que la culpa es una emoción más y que viene a cumplir su función: “Nos ayuda a que nos replanteemos nuestra manera de actuar, de pensar y de sentir. Ayuda a reajustar nuestras expectativas, necesidades, intereses, actitudes, nuestra manera de relacionarnos...”, asegura.
Permitirnos sentir la culpa es muy positivo, explica Ángela Fernández. Sin embargo, también deja claro que, como con cualquier otra emoción, “si te enquistas en ella demasiado, en vez de aprendizaje, puede que lo que te dé sea sufrimiento innecesario, quebraderos de cabeza constantes y problemas relacionales”.
La terapeuta manda un mensaje alto y claro para aquellas personas que se han quedado estancadas en la culpa: “Eres humano. Puedes cometer errores y aprender de ellos. No cumplir con nuestros valores en todos los momentos, contextos o con todas las personas de tu vida, no te hace mala persona, te hace humano”, apunta.
Reacciones en redes
“A veces, por la educación que se ha recibido o por ideologías, se lleva el estigma de la culpabilidad grabado a fuego y, aunque haya pasado tiempo, no logras desprenderte de ella del todo. Gracias por el vídeo”
La psicóloga añade que otra cosa muy distinta es que alguien repita de forma sistemática las mismas dinámicas negativas y, a pesar de ser consciente de que se está haciendo mal, se siga haciendo. En conclusión, Ángela Fernández expone que debemos permitirnos sentir la culpa y reflexionar sobre el mensaje que nos transmite para poderlo hacer mejor en el futuro, pero dándonos la oportunidad de crecer y de mejorar.

