El mundo de la medicina avanza a pasos agigantados a cada año que pasa. Las investigaciones se multiplican en distintos países, al mismo tiempo que lugares como el Hospital Clínic de Barcelona innovan constantemente sobre sus tratamientos y métodos de operación. Sin embargo, muchas enfermedades siguen adelantando los progresos médicos de la industria, entre ellas la esclerosis lateral amiotrófica, también conocida como ELA.
Un hecho que Inés Moreno, más conocida como Traumatóloga Geek en redes sociales, ha compartido para concienciar a la población. Personalidades como el exfutbolista navarro Juan Carlos Unzué, quien reconoció su diagnóstico en 2019, se han pronunciado al respecto para llegar a cuantas más personas mejor. En este sentido, la divulgadora médica se ha hecho eco de la condición de uno de los actores más destacados de la televisión moderna.
“¿Te imaginas estar atrapado en tu propio cuerpo viendo cómo se apaga, sin poder hacer nada? Eric Dane, el eterno doctor Sloan de anatomía de Grey, acaba de decirlo en voz alta. Tiene ELA con 52 años. Aunque aún puede hablar, moverse y caminar, ya sabe lo que viene. Porque la ELA, esclerosis lateral amiotrófica, es una enfermedad que te apaga despacio por dentro. Ataca a las motoneuronas. Son las células que conectan el cerebro con tus músculos”, exponía.
“El cerebro da la orden, pero el cuerpo no responde. Y así, sin dolor y sin aviso, dejas de andar, de escribir, de tragar e incluso de respirar. Y lo más brutal, la mente sigue despierta, totalmente intacta. Sientes todo, recuerdas todo, pero no puedes expresarlo. Es estar encerrado en ti mismo. Es como si tu cuerpo fuera una jaula. Nuestro guion nórdico. Pero precisamente en el norte es donde esta enfermedad golpea más fuerte, porque existe una mutación genética que se da sobre todo en poblaciones escandinavas”, insistía.

Juan Carlos Unzué
Buscando la solución
“Eric lo ha contado. En su fase inicial, eso puede ser debilidad leve, cansancio, fasciculaciones, que son esos temblores raros en los músculos. El diagnóstico, pues, no es fácil. No hay una prueba única. Se necesita mucha experiencia, electromiografía y resonancias para descartar otras enfermedades, porque la ELA se disfraza y a veces tarda en dar la cara. No hay cura todavía, pero si hay tratamiento hay fármacos que ralentizan, tecnología para comunicarse y ensayos clínicos con terapia génica”, profundizaba.
“Hay esperanza, pero la media de vida es de tres a cinco años. Y esto no va sólo de tiempo. Va de calidad, de dignidad y de lucha. Eric ha puesto voz a los que ya no pueden hablar. Y eso, en medicina, vale tanto como un bisturí”, concluía.